PREGUNTA 6
Enigmático taumaturgo genial, con gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov, con fama de que no había mujer, de cualquier clase social, que se le resistiera, que a la edad de 47 años, fue envenenado, tiroteado, dado por muerto por un profesional de la medicina, y sin embargo la autopsia dictaminó que murió ahogado en las congeladas aguas del río Neva. ¿De quién se trata?
RESPUESTA 6
Se trata de Grígori Yefímovich Novikh Rasputín:
Enigmático taumaturgo genial, con gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov, con fama de que no había mujer, de cualquier clase social, que se le resistiera, que a la edad de 47 años, fue envenenado, tiroteado, dado por muerto por un profesional de la medicina, y sin embargo la autopsia dictaminó que murió ahogado en las congeladas aguas del río Neva. ¿De quién se trata?
RESPUESTA 6
Se trata de Grígori Yefímovich Novikh Rasputín:
Nació en 1869, en Pokróvskoie, pequeño pueblo de Siberia, Rusia. De origen campesino y sin ninguna formación, nunca aprendió a escribir más allá de unos garabatos infantiles.
Cuando tenía alrededor de 18 años se marchó a meditar al monasterio de Verkhoturye, su experiencia durante los 3 meses escasos que permaneció en el recinto claustral, junto con una visión de la Virgen que presenció a la vuelta del monasterio, le llevaron a convertirse en un místico. Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la iglesia ortodoxa conocida como khlysty (flagelantes), quienes creían que para llegar a la fe verdadera hacía falta el dolor.
Rasputín descubrió en el credo de 'clysti', su verdadera razón de ser. Dada su personalidad, no le fue difícil confraternizar con una doctrina donde, se podía compaginar la adoración de la divinidad con los placeres terrenos. Tras abandonar la secta conoció a un iluminado llamado Makariy, el cual ejerció una enorme influencia sobre él. Pero Rasputín no tenia madera de monje, y volvió a su pueblo, estando ya impregnado su espíritu de ese credo 'clysti' que tanto le ayudaría en los años posteriores.
A los diecinueve años se casó con Praskovia Fyodorovna Dubrovina, con la que tuvo tres hijos: Dimitri, Varvara, y Maria. Abandonó a su familia para viajar por Grecia y Jerusalén.
Desde su infancia, Rasputín hacía valer con orgullo sus dotes paranormales ante la gente de su pueblo. Tenía fama en su lugar de origen, de sanador mediante el rezo. Los vecinos le llamaban cuando tenían algún caballo enfermo.
Adquirió pronto gran popularidad por su vida licenciosa y su fama de taumaturgo. Se le consideraba un místico y se le atribuía el poder de curar enfermedades y predecir el futuro. Su fama comenzó a extenderse más allá de la aldea.
A su regreso del monasterio, corrió la noticia en la aldea de la llegada de Rasputín, un miembro del consejo parroquial fue el primero en ir a verle al sótano de su casa, pero cuando salió, tenía tal cara de espanto, y contando ciertas cosas, que nadie dudó de que Rasputín se había convertido en un santo.
Desde entonces, la peregrinación de los habitantes de la aldea a la casa fue constante. La noticia también llegó a oídos del padre Piotr, el pope de la aldea de Pokrowskoie, quien no lo veía como un hombre santo, sino todo lo contrario, como un enviado de Satanás, elaborando un informe completo al Obispo de Tiumen, no encontrando motivos para arrestarle. Pronto todos se referirían a él como el padre Grigori.
Fueron varios los testimonios recogidos acerca de sus capacidades extrasensoriales, en la época ya se hablaba de exorcismos, telepatía y clarividencia en relación a este personaje.
Era un hombre muy alto de estatura, de hábil y elocuente poder oratorio, personalidad abrumadora, de aspecto un tanto tosco, grosero a veces, violento, tenía una mirada muy penetrante y era poseedor de un carisma profundo. La fuerza de Rasputín radicaba no en su cuerpo, sino en su mirada. Todos los que lo trataron, hablan de la fascinación que ejercía su mirada en aquellos a los que el se dirigía.
Descubrió pronto la fascinación que ejercía sobre las mujeres, y la aldea estaba escandalizada por el libertinaje sexual de ese muchacho, también se ganó fama de borracho, disoluto y tuvo cuentas con la justicia en más de una ocasión. La bebida y las mujeres de raza gitana doblegaban la voluntad de Rasputín para escándalo de los poderosos.
Los biógrafos no dejan de pintarlo como un verdadero monstruo diabólico, despiadado y concentrado en romper la barrera de cuanto pecado capital hubiera. Todos sus actos eran revestidos de un halo místico que obturaba cualquier oposición. Su mirada penetrante, su estampa la de guerrero bravo, su rostro anguloso y su barba oscura, hacia imaginar una fuerza extraña detrás de aquel simple hombre.
En su época había rumores de que era una persona licenciosa y de que se le había visto numerosas veces borracho y en compañía de prostitutas. Su comportamiento le daba mala reputación y sus orgías eran bien conocidas por el pueblo, que lo designaba con el sobrenombre de El Monje Loco.
Las mujeres caían rendidas a sus pies, y le seguían a todas partes, incluso hay quien afirma que llegó a seducir a la Emperatriz y a varias damas de La Corte.
Llega a San Petersburgo, Capital del Imperio, y es recibido como un hombre santo, pronto corrió su fama de milagrero, llegando a Palacio, la Zarina y su marido, en su desesperación por salvar a su hijo, postrado por la hemofilia, mandaron llamarlo, avalado por los comentarios favorables del propio padre Teófano y obispos como Hermógenes y el reverendo Iliodor. Fue determinante la entusiasta recomendación de la amiga de la Zarina, Anna Vyrubova, que tenía una devoción absoluta por el monje y la protección del gran Duque Nikolaevitch.
La Familia Romanov, se constituía del Zar Nicolás II y su mujer, la Zarina Alejandra Fyodorovna, cuatro hijas: Olga, Tatiana, Maria, y Anastasia y un hijo, heredero varón, el zarevich Alexis Nikolaiévich, que padecía hemofilia, la mas pequeña herida le podría provocar un desangramiento mortal, encontrándose enclaustrado en la cama moribundo. Rasputín logró lo que ninguno de los médicos llegados a palacio, le realizó una imposición de manos, con la que consiguió que a la mañana siguiente, Alexis asombrara a sus familiares, correteando, aliviado totalmente de sus dolores, lo que le granjeó la confianza de la zarina, ya que las pruebas de sanación que le producía a su hijo eran inexplicables.
Se introdujo en la corte de los zares y dirigió los designios de Rusia, bajo los auspicios de la zarina. El magnetismo y el carisma de este hombre compensaban su analfabetismo y su aspecto poco aseado, y de esta manera consiguió abrirse las puertas de algunos salones aristocráticos y de los núcleos teosóficos de la nobleza, entre los cuales predicó sus creencias religiosas y practicó el hipnotismo consiguiendo enriquecerse y cautivar a los nobles.
Dada la admiración de los zares hacia el campesino, pronto se formaron dos bandos antagónicos: los amigos de Rasputin y sus enemigos. Físicamente poderoso, con una personalidad magnética, era disputado por todas las damas de aquella aburrida sociedad para llevarlo a sus fiestas.
A principios de la Primera Guerra Mundial, Rusia atravesaba un momento crítico. El zar Nicolás II asumió el mando del ejército y Rasputín se hizo con el control absoluto del gobierno. Rasputín llegó a tener tanto poder dentro del palacio de los zares que prácticamente no había decisión que no pasase por su juicio.
La aristocracia rusa no veía con buenos ojos la presencia de aquel hijo de campesinos analfabetos en asuntos gubernamentales. Su profunda influencia en la corte imperial escandalizaba a la opinión pública; existían sectores de la aristocracia cuyo mayor deseo era la desaparición de Rasputín.
Finalmente una conjura política de un grupo de aristócratas, al frente, el príncipe Félix Felixovich Yussupov, con el apoyo de un primo de la zarina, el Gran Duque Dimitri Pávlovtch Romanov, diputado Purichkevich, además el ayuda de cámara del príncipe, Nededoff, y un oficial de caballería, Sujotin. El escenario, el palacio de Moika, el pretexto una invitación a cenar, el incentivo, ver a la bella princesa Irina, el arma iba a ser el veneno, que se lo proporcionaría el asistente de Purichkevich, un médico polaco llamado Lazovertn.
El intrigante ingirió primero pasteles y vino cargados de cianuro, el príncipe desconcertado porque Rasputín seguía comiendo y bebiendo como si nada, pues debería de haber caído ya muerto, aterrorizado le disparó al pecho, cayendo el monje en la alfombra, lo que aprovecharon para golpearle la cabeza con un bastón lleno de plomo. Reincorporándose después, por lo que Purichkevich disparó al cuerpo tambaleante de Rasputín, lo examinaron para corroborar su muerte, la bala le había atravesado el corazón, ahora restaba la segunda fase del plan: deshacerse del cuerpo.
El cadáver fue llevado en coche al río Neva; abrieron un agujero en el hielo, y lo arrojaron a las aguas congeladas. Pero una de sus botas, se quedó sobre el hielo, y fue descubierta mas tarde, y de este modo pudo ser localizado el cuerpo sin vida de Grigori Yefímovich. Aunque sus capto res lo arrojaron al agua con las manos atadas, se descubrió que se había desatado una mano, lo que señala que el contacto con el agua fría lo despejó, y estaba aun con vida. Pero no encontró el agujero en el hielo. Cuando el cadáver fue encontrado, tenia la mano derecha junto al pecho, con tres dedos levantados: antes de morir, Rasputín había realizado la señal de la cruz. Muere en Petrogrado el 29 de diciembre de 1916.
El sepelio de Rasputín se celebró en secreto, a fin de evitar las manifestaciones publicas. Nicolás II decidió castigar duramente a los culpables, pero solo envió al gran duque Dimitri a Persia, y al príncipe Yussupoff a una de sus apartadas posesiones.
PREGUNTA 7
¿Cómo se llama la lluvia anual de estrellas fugaces, que se hacen visibles en octubre, motivada por partículas del Cometa Halley?
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