martes, 17 de julio de 2007

PREGUNTAS AL ABUELO 4a Mas sobre la Estevia

















Mi querido primo Pepe Luís, editor y redactor de “Crónica Alarid”, me solicitó algunos apuntes sobre la estevia para su publicación, aprovecho la oportunidad para relatarles porque me interesé en tan sorprendente planta.

En 2003, residía en Tegucigalpa, Honduras, cuando casi de soslayo me enteré a través de la televisión, que un arbusto silvestre de ese país lo estaba utilizando la industria dulcera, en sustitución de las mieles tradicionales. No pude captar que planta era, pero en mi subconsciente, quedó la inquietud del tema.

No fue sino hasta 2005, en una reunión en Cartagena, Colombia, cuando en el servicio de café, ofrecían unos sobres con estevia, así se llama el edulcorante, lo probé, no me pareció mal ni me hizo ningún efecto negativo y mi sorpresa fue mayor, pues es de venta libre en la mayoría de las tiendas de autoservicio, como pude constatarlo en Bogotá.

Ya sabiendo el nombre, me puse a investigar por Internet y desde entonces me he ilustrado medianamente en la materia.
Mi mayor interés se derivó por el siguiente razonamiento:

1. En los países en desarrollo, uno de los mayores problemas crónico-degenerativos, de salud pública es la diabetes mellitus.
2. Se calcula, que solo en México, hay una prevalencia entre 8 y 12 millones de diabéticos.
3. Aunque el dato es alarmante, la tendencia lo es más, pues ésta es creciente, de décimos, ahora somos séptimos a nivel mundial.
4. Por tanto, si tan solo fuera cierta la mitad de lo que está escrito, la estevia pudiera ser una muy buena alternativa para disminuir las principales complicaciones: degeneración de los capilares en retina, que causan ceguera, en extremidades inferiores, que llevan a la amputación y de los glomérulos renales que llevan a la diálisis por insuficiencia renal.

Me extrañó el poco interés que causó la estevia entre mis interlocutores nutricionistas, endocrinólogos e internistas, quizá por no estar avalada por las autoridades regulatorias de las Unión Europea y de los EUA.

Retomé el interés en esta temática, al leer en la prensa nacional, que una transnacional ha patentado la estevia.

El gobierno de Japón no pone trabas al consumo de este edulcorante y con solo ese gran mercado, casi toda la producción mundial de hierba se procesa o se destina a ese país. Por ejemplo las miles de hectáreas sembradas en China, pertenecen a los japoneses, la que se produce en Paraguay se industrializa en Brasil y también se consume principalmente en Japón.

La presión para que la Unión Europea y la FDA autoricen el estevia es cada vez mayor, pues no hay argumentos sólidos para impedirlo, lo que prevé un boom de consumo en gran escala y una fuerte demanda, que necesariamente se traducirá en un precio más elevado al consumidor.

El principal obstáculo que encuentro son los precios, por ejemplo un kilo de azúcar cuesta en nuestro país entre 9 y 11 pesos (para fines prácticos un dólar) y la estevia líquida, de 31 mililitros se consigue por 100 pesos mexicanos (9 a 10 dólares), el rendimiento como edulcorante es a favor del azúcar tradicional, pero quizá, si se mide por los beneficios en salud, gane con holgura el estevia.
En nuestro país, la empresa que distribuye el producto, está en Guadalajara (lo traen de China), no tiene distribuidores en México Distrito Federal. ¿Será una oportunidad para algún jubilado?.

La masificación de la producción de estevia y la vigilancia regulatoria de nuestro gobierno, podría abatir los precios, sobre todo si los servicios públicos ejercen su rectoría, como autoridad sanitaria nacional.

Si eres joven y tienes tierra, siembra estevia.

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