lunes, 30 de abril de 2018

TRAZOS AUTOBIOGRÁFICOS 31 1973


La casa que habitamos en 1973 en la Colonia García Ginerés de Mérida. Yucatán.
(Foto tomada en 1994)
En un año de transiciones inicio con dos status, de becario como Residente II de Medicina y como médico de campo en Timucuy. 
En la Clínica Hospital de Mérida, Yucatán, en febrero nace mi único hijo, Humberto Jaime Villaseñor (Beto) que sobresale entre otras cosas por su alta calificación de APGAR 10 al nacer y por su blanca piel que contrastaba con el resto de los recién nacidos. Después de una muy grata y calurosa estadía en la tierra del faisán y del venado, nos despedimos de nuestros amigos los Millet y los Díaz Cortez, regresando a la capital de la república.

Como becario Residente II de MF
Cucú y Papábeto con nuestro amigo Poncho Millet, vecino que siempre fungió como apoyo incondicional.

Constancia de la Residencia de Medicina Familiar en la Clínica 25 del IMSS

Gracias al trato preferencial que nos otorga el Dr. Castelazo, ingreso primero como trabajador de base  y después hago la solicitud para entra al IMSS. Por cortesía dejo que escojan lugar en el DF primero mis compañeras, de tal forma que al entrevistarme con el Dr. Robles de la Jefatura del Valle de México, en un vistazo rápido encuentro que solo hay plazas en lugares muy distantes al norte del Estado de México. El Dr. Robles me dice que de las propuestas cuál me gusta, le contesto que ninguna. Asombrado me dice que soy un impertinente, que no puedo ser invitado a cenar a su casa y reclamar sobre el mantel de lino. Tranquilamente le contesto, Ud. me preguntó cual me gusta y de verdad ninguna me gusta, ahora bien mándeme a donde usted prefiera, claro, yo preferiría que fuera del Viaducto al sur. Conocedor de nuestra posición con el subdirector, milagrosamente saca de la manga una plaza de la clínica 18, por lo que ingreso  como Médico Familiar en la Clínica 18 de la Delegación Magdalena Contreras en el Distrito Federal en donde tengo un intenso trabajo con dobles y hasta triples turnos que incluían trabajo dominical y atención en Urgencias. En diciembre 27 nace en México, Distrito Federal, mi lindísima hija menor Laura Esther (Lizther) que pasado el tiempo ha demostrado que no solo es bonita sino que sobretodo es muy inteligente.


Clínica 18 IMSS en la Delegación Magdalena Contreras.

Médico Familiar de Menores.


Con el prestigiado Psiquiatra Dr. Juan Manuel Sauceda.

En las imágenes se puede observar a mi familia en plenitud en 1973, a José Díaz, brazo derecho de mi trabajo con los mayas;  a Pancho Memo, hermano queridísimo, en ese momento en viaje por  Acapulco, al tesonero Rudy en su examen profesional y a mi padre junto conmigo, en una foto que justifica porqué alguien comentó que yo parecía un “hombre lobo”. 


José Díaz Cortés en una visita a la Ciudad de México.


Con Cucú, Memo, Beto y Tamy en Acapulco.

Con Rudy ya como Ingeniero recibido.



Con Papá Mario y Ricardito Jaime.

martes, 24 de abril de 2018

Documentos RETRO 06: LA CALIDAD DE LOS SERVICIOS DE SALUD: Promover y evaluar la calidad.

Calidad es lograr el máximo beneficio posible, con el menor riesgo deseable y la más alta aceptabilidad a un costo razonable. La calidad de los servicios, depende de la competencia técnica y el grado de humanismo de los prestadores de servicios de salud, esta condición necesaria, pero no suficiente, requiere además de políticas saludables regulatorias de la autoridad sanitaria quien determina los requisitos esenciales, por debajo de los cuales es inadmisible que un servicio funcione, o una persona ejerza.

La calidad de atención es cuestion de todos los integrantes del equipo de salud, pero es responsabilidad de los gerentes. Para saber si la atención que se brinda es de alta, mediana o baja calidad es necesario evaluar las acciones  de todo el grupo que debe actuar en forma armónica, sincrónica y complementaria. Evaluar es un proceso de medición, comparación contra estándares, analizar todas las variables y sobre todo actuar en consecuencia.

La triada sustentatoria de la calidad son el conocimiento, el suministro y el mantenimiento. Obtener buena calidad cuesta, pero menos que tratar de resolver las complicaciones evitables. No debería ser tan importante el juicio externo para acreditarnos, el ejercicio ideal sin duda radicaria en un proceso de autoevaluación sincera, aunque sabemos  que toda autoevaluación termina siempre en informe triunfalista.

Cuando los médicos buscan cuidados para ellos o sus familiares, están realizando juicios críticos relativos a la capacidad de sus colegas, depositando su confianza porque atribuyen excelencia del consultado en la impartición de los cuidados médicos. Que un profesional se convierta en paciente de otro profesional, es sin duda alguna un indicador sólido de buena calidad y de prestigio.


Los Elementos o atributos para evaluar la calidad de los servicios de salud son:
Disponibilidad, accesibilidad, oportunidad, capacidad, habilidad, integralidad, resolutividad, continuidad, seguridad, aceptabilidad, efectividad, comdidad y humanidad.




La ampliación es un eje horizontal cuantitativo de más servicios  y la profundidad el eje vertical cualitativo de mejores servicios.


La calidad tiene dos dimensiones, la Técnica Científica y la Interpersonal. La primera comprende la competencia profesional, el conocimiebto basado en la evidencia, la atención anticipativa, la eficacia diagnóstica, la efectividad del manejo, el uso adecuado de la tecnología y el mejoramiento del pronóstico. En tanto que la segunda se refiere al respeto, la cortesía, la personalización, la comunicación, la satisfacción, el confort y las amenidades:



La calidad de la atención tiene como objetivo la solución satisfactoria de necesidades y expectativas, si no se logra ni lo uno ni lo otro, es grado cero, por tanto inadecuada.

Cuando solo es eficaz, porque es resolutiva de la necesidad sentida y expresada, es grado 1, pero insuficiente.

Si además de eficaz es oportuna, porque se da en el tiempo útil, es grado 2, ya que se pudiera considerar suficiente.

La atención es eficiente cuando es de costo razonable, por tanto aceptable,  grado 3.

Cuando a todo lo anterior se añade el agrado del usuario, la atención es satisfactoria y la calidad es grado 4.

Si se agrega que la atención es realizadora porque motiva al prestador del servicio, es grado 5 o muy buena.

El grado 6, excelente, se alcanza cuando la institución tiene orgullo de los servicios que ofrece, porque es prestigiante para todos.




Promover servicios de salud cada vez de más alta calidad, eliminando o al menos abatiendo los diferentes riesgos a que está expuestos los usuarios es una meta ambiciosa, pero noble. La calidad se promueve mejorando las cosas, perfeccionando los métodos y sobre todo mofificando las conductas.

El mejoramiento continuo se basa en la idea que todo proceso es suceptible de mejorar. El Ciclo de mejoramiento de la calidad de la salud tiene tres fases:
1.- Diagnóstico de organización y funcionamiento institucional (Caracterización del aquí y ahora) con lo que se identifican, jerarquizan y analizan los problemas y conflictos.
2.-Aplicación de soluciones en problemas prioritarios (Agentes catalíticos del proceso de transformación) identificando estrategias y alternativas de cambio.
3.-Evaluación de transformaciones (Vigilancia y monitoreo del proceso de cambio) resaltando las fallas, defectos, retrasos, demandas, reprocesos, errores, subutilizaciones, descomposturas y desprestigios.

Los agentes catalíticos del cambio son los valores, la gestión de conocimientos y la información transparente, que incidirán en los elementos a intervenir:

Organización institucional
Infraestructura y Tecnología
Manejo gerencial
Métodos de trabajo
Algunas metodologías recmendables e instrumentos para la promoción de la calidad se proponen en el cuadro anexo:


Anagrama 06: MI INEPTA PIMIENTA