miércoles, 18 de julio de 2007

ANTAÑO HOGAÑO (4) ÉTICA INSTITUCIONAL EN SALUD




  • La Ética se basa en valores fundamentales (principios ideales desarrollados por influencias culturales, que sirven de referencia a los individuos para basar juicios y fijar conducta en su vida grupal), que sirven de conciencia colectiva y tienen el respeto mayoritario.

    La jerarquía de los valores tiene a la vida como el mayor bien posible y se acompaña de valores basados en el axioma de "lo que es bueno para mí, acepto que es bueno para los demás".

    La ética adquiere gran relevancia, desde tres dominios: social, individual e institucional, compartiendo como valores universales, el derecho a la salud, la cobertura universal, la equidad de acceso y la atención con calidad.

    La ética social, tiene que ver con los aspectos macro de salud como producto colectivo, entre ellos la cultura, el modelo socioeconómico y el marco jurídico. Estos aspectos, aunque afectan a los prestadores de servicios de salud, no son controlables por ellos.

    La ética individual, tiene como fin la salud como expresión de calidad de vida, es la conducta personal en la comisión u omisión de actos a través de la vida profesional.

    Y la ética institucional, que utiliza el sistema como medio para alcanzar la salud, es la construcción de condiciones sistémicas favorables, para una mejor práctica profesional, desde dos vertientes, la respuesta a las necesidades y demandas de la población así como la producción y aplicación de conocimiento útil.

    La respuesta a las necesidades y demandas de la población incluye el modelo de salud y la organización del sistema de salud; la disponibilidad de infraestructura y apoyo logístico así como la garantía de acceso universal y buena calidad en la atención.

    La producción y aplicación de conocimiento útil, comprende la creación de conocimiento científico y tecnológico, la generación de información relevante y confiable y la democratización de la información.

    No es ético:
    · favorecer modelos, que por inaccesibilidad financiera, excluyan personas o procedimientos.
    · que las autoridades sanitarias no dicten políticas saludables para romper barreras geográficas y económicas de acceso a los servicios.
    . que no se propicie una organización integrada, responsable y eficiente del sistema como una precondición indispensable para una práctica profesional óptima con servicios oportunos y de calidad.
    · no contar con requisitos esenciales, por debajo de los cuales es inadmisible que un servicio funcione, o una persona ejerza.
    · que la hipernormatividad institucional, enfrente el debe ser de la ordenanza con el puede ser de la realidad, afectando la aceptabilidad y satisfacción de los usuarios y mutilando la creatividad de los prestadores de servicios.
    · suspender el trabajo por inexistencia, insuficiencia o mal estado de las instalaciones, instrumental, equipo o mobiliario.
    · no ofrecer cobertura universal, al menos de servicios básicos, que funcionen como un piso mínimo de prestaciones.
    · que la población cubierta por los servicios, no tenga garantía de calidad (mayor beneficio deseable, menor riesgo posible y costo razonable).
    · no revisar y mejoren los procesos, a fin de evitar duplicaciones, reprocesos y desperdicios. · no buscar el acceso a más personas atendidas o eventos realizados, a mayor variedad de prestaciones y a mejor atributo en las acciones o características de la atención.
    . no aplicar conocimiento útil y no crear mecanismos de actualización.
    · incorporar acríticamente tecnología de poca utilidad, de alto costo, agresiva y en ocasiones, además obsoleta.
    . no generar inteligencia en salud (observación prospectiva de la salud, sus prácticas y sus tendencias).
    · no contar con Información confiable y oportuna (de tipo gerencial, epidemiológica y contable) de los determinantes, condicionantes, riesgos y efectos (positivos y/o negativos). Este proceso aunque es de naturaleza técnica es de definición política.
    . No estimular la comunicación social. Los prestadores de servicios de salud deben poder acceder a información sobre demanda potencial, impacto o secuelas de la atención y costos reales de la demanda satisfecha.
    . no propiciar canales de comunicación de la autoridad con los usuarios o potenciales usuarios, a fin de solventar quejas, inconformidades y sugerencias.
    · no catalizar el cambio, evitar el diálogo constante, que el acceso y uso de información en salud no sea clara, exacta, suficiente y oportuna, no lograr que el conocimiento sea propiedad de todos.
    · no instaurar mecanismos que alienten el acceso a la información, el control social y el consentimiento informado.

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