domingo, 11 de enero de 2009

Sucesos de Otros Lares 24: La Nepeta cataria europea vuelve locos a los gatos

Imagen:www.garden4less.co.uk
En 1959 los científicos alemanes Peter Karlson y Martín Lüscher, al investigar la polilla del gusano de seda, acuñaron el término “feromona”-de phrein (transportar) y hormán (excitación)- “sustancias químicas que secreta un individuo hacia el exterior y que provocan un comportamiento específico en otro individuo de la misma especie”; desde entonces se han identificado cientos de feromonas, las cuales pueden tener propiedades atractivas o repulsivas.

Dependiendo del estímulo las feromonas pueden ser de alarma, territoriales, de agregación o congregación y las más conocidas, las sexuales. El “olor del miedo” comunican la existencia de un peligro inminente, utilizando las feromonas de alarma; las territoriales marcan los terrenos donde viven y actúan los animales y advierten a otros sobre los riesgos, en caso de invadirlos; las de agregación o congregación, son feromonas pistas para la fuente de alimento y la armonía social del conjunto; las feromonas sexuales, secretadas normalmente por la hembra, tienen por objeto hacerle saber al macho que es el momento ideal para el apareamiento.

Las feromonas de insectos, las que a este día han sido objeto de un mayor número de estudios, por ejemplo en las abejas se producen en glándulas especiales-bajo el abdomen, mandibulares y en las patas-y actúan por regla general a través del olfato. Emiten feromonas de alarma, de control de obreras y vuelo nupcial, agregación de enjambres, recolección de néctar así como inhibición de nuevas celdas realeras. Las hormigas basan su compleja organización social en las diferentes feromonas que transmiten: de organización social-se transmiten por la boca o el ano-; de casta-según su alimentación-; disparadoras (marcadoras de pistas, de agregación, de alarma y sexuales. Las feromonas son de gran alcance ya que evitan obstáculos al ser arrastradas por el aire, en la naturaleza las feromonas de una hembra en celo son capaces de hacer que un macho camine o corra grandes distancias.

Los humanos enviamos y recibimos mensajes olfativos, pero sin saber realmente lo que estamos haciendo y sin darnos cuenta de los efectos que esto tiene. La vía de las feromonas proyecta en él órgano de Jacobson, conocido también como vomeronasal, localizado en el hueso vómer, entre la nariz y la boca,-algunos científicos creen que en el humano no es funcional-, de ahí al bulbo olfativo secundario, a la amígdala y finalmente en el hipotálamo. En el antiguo Egipto, se ha reconocido el uso de feromonas para la fabricación de perfumes. Este era fabricado a base del sudor de hombres seleccionados para este trabajo y depositado en tinajas para luego ser mezclado con fragancias. Al parecer, los egipcios habían descubierto que el sudor contenía sustancias afrodisíacas para el ser humano, sobre todo sudor de personas sanas físicamente y vigorosas. Los hombres secretan androsterona y las mujeres androsteneriona. Uno de los casos más estudiados y explicados es el de sincronización del ciclo menstrual de mujeres que conviven en un mismo ambiente.

El gato, un depredador de desarrollo rápido, es un animal territorial con un campo de acción delimitado y defendido. Los campos territoriales se descomponen en múltiples parcelas funcionales: de aislamiento-descanso, refugio en enfermedad-de actividad-depredación, juego, interacción con otros gatos-de intolerancia-sobre todo el de reproducción-. Las parcelas están comunicadas entre sí por vías de paso inmutables. Las marcas asociadas a los campos territoriales pueden ser visuales-rasguños, orina-las de alarma son liberadas por los cojinetes plantares, los sacos anales o glándulas sudoríparas y las marcas de familiarización son marcas feromonales “faciales” ya que se depositan por las glándulas de la frente. Las secreciones faciales tienen tres grandes funciones: ubicación espacial, relacional y estabilización emocional. En asociación con las feromonas urinarias, informan a los gatos machos de la receptividad de las hembras.

La nepelactona, feromona sexual del gato emitida por glándulas perianales, produce en los gatos machos un comportamiento particular llamado reflejo de “flehmen”, consistente en que levanta la cabeza, abre parcialmente la boca y se queda inmóvil algunos segundos, fenómeno idéntico se da cuando el gato huele la Nepeta cataria-catnip-, que inunda todos los sentidos del animal, porque el gato cree que hay una gata en celo en las inmediaciones. Hace una primera aproximación, investiga, se restriega efusivamente con la planta haciendo contacto mediante la boca y las patas, frota su cara y su barbilla, rueda sobre si mismo, patea encima, salta alrededor y está estimulado durante varios minutos. Dos horas después vuelve a tener la misma respuesta. Muchos juguetes para gatos contienen catnip.

La Nepeta cataria, también conocida como Nébeda, népeta, gatera, menta gatuna, hierba gatera o de los gatos, menta de los gatos, gargantea, nepta, alfábrega de gat, cunilago, vatu-belar, cataire, catmint y catnip es una planta perenne que habita en terrenos incultos y pedregosos de gran parte de Europa, sobre todo en la zona mediterránea oriental, también se le encuentra en Norteamérica. Es una planta vivaz, labiada, con tallo grisáceo, que puede alcanzar los 60 centímetros de altura, posee flores rosadas o amarillentas. Toda la planta desprende un agradable y típico perfume que recuerda a la menta. Contiene aceites, esteroles, ácidos y taninos volátiles. Los componentes químicos específicos incluyen la nepetalactona, el ácido nepetálico, el limoneno, el geraniol, la citronela y el ácido valeriánico, entre otros. Sin temor a equivocarse, se puede definir como un “adictivo” para los gatos, porque ejerce en ellos una atracción irresistible, porque en su olor despide una sustancia sedante llamada nepetalactona, la cual tiene un gran parecido a una feromona que está presente en la orina de las gatas, y cuya función es sexual.

La Nepeta cataria ejerce gran atracción a los felinos, pero hay otras plantas que repelen a los insectos, particularmente a los mosquitos como el Pelargonium citrodorum-un geranio que huele a limón-, la albahaca y el jazmín, sobre todo cuando está floreando. Recientemente un grupo de científicos indios del Buró Nacional de Recursos Genéticos Vegetales, afirmaron haber descubierto una planta “que repele mosquitos”, el geranio Almoria. También se le atribuye acción insecticida al bulbo y el aceite de ajo; al aceite de canela, las hojas trituradas de zacate limón y el aceite de citronela-que se obtiene de la Cymbopogon nardus, planta medicinal de Ceilán-.

En las alacenas de la cocina, los sitios donde se colocan la canela, los clavos y los cominos permanecen relativamente libres de cucarachas y hormigas. El terpeno Alcanfor o canfor ha sido utilizado como insecticida folclórico. Las plantas aromáticas, además de sus beneficios medicinales, pueden proporcionar elementos bioquímico-ecológicos para el manejo de plagas. Los repelentes botánicos son un arsenal promisorio ante la lucha contra el principal enemigo del hombre, el mosquito.

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