martes, 2 de diciembre de 2008

Sucesos de Otros Lares 14 LOS PAPAGAYOS KEA DE NUEVA ZELANDA: Los animales más inteligentes


Imagen:elcaminantespain.spaces.live.com
La inteligencia es la facultad de adquirir conocimiento, gracias a la capacidad de entender y comprender habilidades y aptitudes, para resolver problemas concretos o abstractos, algunas veces novedosos, beneficiándose con el aprendizaje de cada experiencia sensorial. En suma es la capacidad para adaptarse al medio.

Los factores de la inteligencia son: Habilidad verbal para la definición y comprensión de palabras; habilidad numérica para plantear y resolver problemas, fluidez verbal pensando palabras rápidamente; percepción de similitudes, diferencias y detalles; comprensión de las relaciones espaciales; capacidad mecánica de memorizar y recordar y el razonamiento que permite comprender principios y conceptos para resolver problemas.
La inteligencia distingue al hombre de los animales superiores ya que estos últimos, al igual que los niños, lo que tienen es adaptación reflexiva de los medios a los fines. De hecho siempre se ha discutido si los animales poseen inteligencia, o no, ya que son prisioneros de sus instintos y necesidades orgánicas y de estímulos perceptivos. Sin embargo, cuando se admite que inteligentes son los organismos susceptibles de condicionamiento operativo, entonces podemos decir que los animales son inteligentes, y que cada especie tiene un gradiente diferencial, respecto a las otras.
En la revisión de la web hay numerosos “top ranking” sobre la inteligencia animal, la clasificación que yo prefiero y les propongo, es la que Animal Planet plantea en su programa The Most Extreme, episodio 10, “Thinkers”: El décimo lugar lo ocupan los perros, porque pueden entender unos pocos cientos de palabras y frases; el noveno es para la abeja de la miel, que se comunica por el baile; el octavo es el cerdo, puede pintar con un pincel en un lienzo y reconocer los diferentes sabores; el caballo es el séptimo porque se ha sabido comunicar a través de diversas matrices de la lengua de signos; sexto sitio para el Macaco Japonés que son alumnos de rápido aprendizaje; quinto lugar para los cuervos, reconocidos como inteligentes, son capaces de arrojar, parados en un alambre una nuez y esperar que los automóviles le sirvan de cascanueces, recogiendo la nuez partida, cuando el semáforo está en alto.
El cuarto lugar en inteligencia animal es para el pulpo, el invertebrado más inteligente, pues los pequeños tiene que aprender por ellos mismos, como sobrevivir a los peligros de la naturaleza, durante un año o más; los delfines ocupan el tercer sitio porque han mostrado sus habilidades en diversos espectáculos, que los ubican muy cerca de la inteligencia humana; el segundo animal en inteligencia es el Chimpancé, ya que puede utilizar muchas herramientas para obtener su comida. Se estima que su intelecto es equivalente al de un niño promedio de cuatro años, algunos han logrado incluso escapar de sus jaulas.

Y para sorpresa de la mayoría, el primer lugar, con un nivel intelectual de un niño de seis años, los para nosotros desconocidos, papagayos Kea, endémicos de las montañas de la costa oeste de Nueva Zelanda, que además de imitar el habla, son capaces de resolver hasta un rompecabezas.

Nueva Zelanda-166940 km2 de superficie-con 4200000 habitantes, de población mayoritariamente de origen europeo y con una importante minoría Maorí, alcanza alfabetización de 99%; fue colonizada por los ingleses en el S XVIII, alrededor de la actividad de los barcos balleneros europeos.
Es un país de Oceanía, formado por dos grandes islas situadas al suroeste del Océano Pacífico, la norte en donde se encuentra la capital Wellington y Auckland, la ciudad más poblada y la sur con siete de las dieciséis regiones en que se divide políticamente el país, con sus montañas nevadas, glaciares, exuberantes bosques nativos, fiordos, está dividida longitudinalmente por los Alpes del Sur, cuya cumbre es el Monte Cook o Aoraki con 3754 m sobre el nivel del mar.

Debido a su aislamiento del resto del mundo-el país más próximo está a 2000 kilómetros-tiene una flora y fauna endémica extraordinaria, ésta última aún más sorprendente, como los extintos Moas, que median tres metros de alto y además una especie de loro, que solo se encuentra en Nueva Zelanda, de donde es oriundo, localizado en las nieves de los Alpes del Sur, un papagayo seminocturno, llamado Kea (Nestor Notabilis) que es, con una población estimada entre 1000 y 5000 aves, el único capaz de vivir en regiones alpinas, en la parte mas altas de los bosques montanos; conocido como el “payaso de las montañas” por su naturaleza juguetona, tiene la fama de poder arrancar los techos de los automóviles, y también lo llaman el “lobo con plumas” por ser capaz de matar al ganado de los campesinos.
Tras la última glaciación, sobrevivió gracias a una adaptación extrema al medio ambiente, debido fundamentalmente a su curiosidad que lo hace investigar y desarmar cualquier cosa y sobre todo por su condición de omnívoro, ya que come de todo, desde bayas y saltamontes, hasta órganos internos y grasa de los animales, siendo capaz de abrir en canal a una oveja, lo que no despierta simpatías entre los pastores, por lo que es una ave en peligro de extinción, a pesar de ser una especie protegida.
Los keas son robustos y fuertes, siendo peligrosos, porque no le tienen miedo al hombre y su fuerte pico es capaz de penetrar hasta el metal. El macho llega a pesar hasta 1,2 kilos y a medir 50 centímetros de longitud. Su color predominante es el verde. Aunque se funden con los tonos de su hábitat, no dejan de ser muy llamativos. Su intrepidez, su grito inconfundible, reclamo estridente que emite en vuelo, da origen a su nombre.
Su tamaño y el rojo brillante de la cara inferior de sus alas, los distinguen del resto de las aves. La hembra cría hasta cuatro pichones durante casi tres meses, el primer invierno es la prueba más dura para ellos, solo un tercio de los pichones sobrevive el primer año, su “niñez” prolongada, le permite aprender desde la integración social.

Disfruta de la compañía y lo demuestra con picardías; su insaciable curiosidad investiga, sobre todo lo nuevo y extraño, hasta que se aburre o lo destroza; abre mochilas, rompe neumáticos de los automóviles, forza limpiabrisas, entra a las tiendas de campaña; en las estaciones de esquí de la zona, siguen a los esquiadores danzando o saltando por la pista, dejan caer piedras en los techos. Sus payasadas divierten a unos y exasperan a otros.

Estos loros son las criaturas más curiosas y descaradas entre las aves, si bien es cierto que estos animales pueden despertar amor y odio a la vez, no se puede negar que son alegres y sociables, pero sobre todo sorprendentes, pues con considerados las aves más inteligentes del mundo, ya que son capaces de encontrar casi cualquier solución a cualquier problema.
Estudios realizados en los últimos años, demostraron que poseen capacidad de aprender y actuar en equipo, demostrando un cociente intelectual superior a los chimpancés. Sus hábitos de comportamiento traen a los biólogos de cabeza, porque no hay otro pájaro (y casi ningún animal en general) que se comporte de esa manera.


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