miércoles, 26 de noviembre de 2008

Merecería ser Verdad VIII El Polo Magnético cerca del Hoyo de Pelempito, República Dominicana


Foto del Autor en Ocotepeque, Honduras


En medio de su singular belleza, el suroeste de la República Dominicana guarda grandes secretos, entre ellos el imponente Hoyo de Pelempito, situado en medio de la península de Barahona, en el Parque Nacional Sierra Baharuco, casi imposible de acceder hasta hace pocos años, hoy está en donde la carretera termina y no va más allá que el camino de retorno. Esta majestuosa depresión-de ecosistema variado, tiene una superficie de 17.5 Km2, mil metros de profundidad y 8 kilómetros de largo-, se formó por la convergencia de dos fenómenos: su gran tectonismo manifestado por numerosas fallas geológicas, debido a que está en el extremo occidental de la Placa del Caribe, y la erosión por disolución de las calizas. La depresión mas profunda del Caribe, por su peculiaridad, lo hace un lugar único en el planeta.

Relativamente cerca, en el paisaje escénico de la carretera Cabral-Paraíso-Enriquillo, se ofrece un pequeño espectáculo de la naturaleza, que los dominicanos han bautizado como “Polo Magnético”, mismo que las Agencias de Viajes, anuncian profusamente a los turistas, como un interesante punto “donde parece que se altera la ley de gravedad”.

El curioso fenómeno, que mereció la construcción de un desvío señalado en la vía, en el tramo que une los poblados de Las Auyamas y Polo, se lleva a cabo en una colina, a la cual llegan diariamente centenares de personas, para constatar con sus ojos lo que les habían anticipado: Los vehículos, puestos en neutro o punto muerto, tienden a subir una cuesta como atraídos por un gigantesco imán que los hace desafiar la gravedad. Pero en ese tracto no solo los vehículos suben sin ningún empuje la pendiente, en lugar de descender; también lo hace cualquier objeto que se disponga.

Esta atracción principal de la comunidad de Cabral, imbuye misterio, ya que es posible presenciar como aparentemente un vehículo, estacionado en la parte más baja de la colina, se desplaza cuesta arriba sin ninguna manipulación o influencia externa, en una bajada de carretera. Las personas que visitan el lugar realizan sus propios experimentos con botellas, pelotas y agua.

Esta sensación no es exclusiva del Polo Magnético de República Dominicana, por el contrario parece ser muy común y se encuentra en numerosos lugares en todo el mundo. Personalmente pude experimentar este portento físico en la Reserva Biológica Guisayote, San Marcos, Departamento de Ocotepeque en la República de Honduras-ver foto- a la altura del Portillo, en la carretera que conduce de Santa Rosa de Copán a la ciudad de Ocotepeque.

En España es famoso el paraje “cuesta de los coches que suben solos” de Ronda, Andalucía, en el Coso de Sanabria de la carretera a Algeciras, aunque también se menciona un sitio en la zona de Zaragoza, en la sierra del Moncayo; se reporta otro en Carcassonne, al sur de Francia; en Estados Unidos, donde conocen al fenómeno con el nombre de Rolling Uphill Ilusion, destacan Gravity Hill, en Nueva París, Pennsylvania, Mystery Spot Road de Santa Cruz, California, Confusion Hill de Ligonier, Pennsylvania, Oregon Vortex en Grants Pass y Oregon,l Spook Hill en Lake Wales, Florida; Magnetic Hill en Manitoba Canadá; Electric Brae en Ayershire, Escocia; Anti-gravity Hill de Victoria, Australia; Morgan Lewis Hill de St Andrew, Barbados; Colina Sur de Roma cerca de Frascati, Italia; Malveira da Serra en Lisboa, Portugal; Monte Penteli en Atenas Grecia y el Monte Halla de la Isla de Cheju, en Corea del Sur. En México el fenómeno se puede observar en Tepoztlán, Estado de Morelos.

El enigma del Polo Magnético continúa capturando la atención de visitantes quienes aventuran varias hipótesis para explicar esta rareza, tejiendo varías teorías: Los residentes de la zona, acordes con el nombre del lugar, argumentan que es magnetismo, mismo que se produce por dos minas que se encuentran debajo de la superficie; otros hablan de una “fuerza extraña” porque la colina es magnética y crea anomalías gravitacionales; otros mas hablan de un fenómeno paranormal, no falta los que dicen que tiene que ver con los OVNIS, en fin no encuentran una explicación contundente al hecho de rodar cuesta arriba.

Pero no hay que creer todo lo que se escucha, ni siquiera todo lo que uno cree haber visto, pues no es nada extranormal ni se trata de un magnetismo de fuente misteriosa, lástima, merecería ser verdad, pero se trata ni mas ni menos de un efecto visual, de una simple ilusión óptica, como lo han demostrado físicos de Universidades prestigiadas.

Normalmente sucede en un tramo de carretera de una zona montañosa en la que el horizonte se oscurece, objetos tales como árboles y paredes que normalmente proporcionan pistas visuales para la verdadera vertical, pueden estar ligeramente inclinados. Esto crea una ilusión óptica haciendo que un ligero descenso pueda parecer una pendiente cuesta arriba. Los lugares en donde la ilusión es especialmente poderosa se convierten en atractivos turísticos. Aún cuando se sepa la verdadera causa, se entiende que es difícil de creer.

El ojo humano y el cerebro pueden ser engañados por distorsiones de la perspectiva, todos estos “misteriosos sitios” tienen en común el horizonte obstruido, ya sea total o parcialmente, lo que hace difícil juzgar la inclinación ya que falta un punto de referencia fiable y esto puede invalidar al cuerpo de la sensación del equilibrio, especialmente si la pendiente es ligera hacia arriba, cuando en realidad se trata de una ligera pendiente hacia abajo.

No siempre es fácil demostrar que una pendiente que parece ir cuesta arriba, en realidad va cuesta abajo. Una búsqueda en la web sorprende por el número de ejemplos de esta ilusión, la mayoría son naturales, pero otras se han construido en los parques temáticos, con las “casas antigravedad”-recordar en México en el Parque de Diversiones Reino Aventura, la “Cabaña del Tío Chueco”-, efecto que se descubrió por primera vez con la “Cámara del Misterio” en el Oregon Vortex, Gold Hill, Oregon en la década de 1930, la atracción se popularizó y generó múltiples imitadores, que no tuvieron empacho en plagiar el experimento y hacerlo pasar por propio.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estube en ese polo magnetico (Republica Dominicana), y me atrevo a asegurar, que no es ninguna ilusion optica: con mi propios ijos presencié todo. Es la gravedad que está desalborotada en esa montaña. Y dije gravedad, no fantamas ni limones con antenitas, que para creer tonterias es que sirve la mayorias, y para pregonarlas tambien.

Anónimo dijo...

*OJOS