Desde el punto de vista antropológico y etnológico, el lenguaje articulado constituye una de las características que separan al hombre de los seres irracionales, sin embargo no se sabe con certeza cuándo y cómo nació la facultad que el hombre tiene para comunicarse con sus semejantes; lo que es un hecho, es que la evolución del lenguaje ha sido paralela a la evolución de la humanidad.
Según la tradición judeo cristiana narrada en el génesis, la perversidad humana fue escarmentada con el diluvio universal, los sobrevivientes a esta megacatástrofe, hablaban una sola lengua y utilizaban las mismas palabras; pero los descendientes de Noe tuvieron la osadía de pretender construir, en las llanuras de Sinar, una torre tan alta, que rozara el cielo; de tal forma que para sancionar ese orgullo desmedido, tuvieron dos castigos: La diseminación y esparcimiento de la gente por segmentos, en toda la superficie de la tierra y la confusión de lenguas, que creó barreras y hostilidades.
Pero la realidad es que desde el principio hubo varias lenguas, y no solo una lengua madre, como generalmente creen los defensores del mito bíblico sobre la Torre de Babel, por eso en el mundo se hablan multitud de idiomas (del latín idiōma, y del griego ιδίωμα, peculiaridad), como un sistema de comunicación verbal o gestual propio de cada comunidad humana.
Para representar, hacer saber y expresar sus sentimientos o ideas, el hombre ha utilizado un conjunto de formas lingüísticas, con sonidos articulados, organizados gramaticalmente. Cuando las lenguas derivan históricamente de un ancestro común se denominan “familia de lenguas”; las que nacen de comunidades de orígenes diversos, que tienen necesidad de comunicarse, y se ven forzados a valerse de un idioma que no es el de ninguno de ellos, constituyen una lengua criolla, llamada también “creole o patois”; la lengua que suele emplear el inmigrante, combinando rasgos sintácticos, fonéticos y morfológicos de una lengua, que habitualmente no es la materna, con las unidades léxicas de otra, se conoce como “lenguaje pidging”; en tanto que las lenguas naturales para las que no se ha probado ningún parentesco con otra lengua viva o muerta y son únicas en su familia se llaman “lenguas aisladas” como ejemplo característico está el euskera o vasco.
Genéticamente se han identificado diecisiete familias lingüísticas: Indoeuropea, Caucásica, Uralo-yocaguira, Altaica, Paleo siberiana, Esquimo-aleutiana, Na-dené, Afroasiática, Nilo-sahariana, Dravídica, Sino-tibetana, Áustrica, Papuana, Amerindia, Congo- kordofán, Joisana y Australiana.
La Protolengua Familia Indoeuropea, una de las más extendidas geográficamente, procedente del nordeste del Mar Negro, que no se remonta más allá de 5 a 7000 años, es el ancestro común de nueves ramas: Romance -descendiente del latín, compuesta de 20 lenguas, habladas por unos 900 millones de personas como lengua materna, de ellas el castellano o español, la más hablada, comprende también el portugués, francés, italiano, rumano, provenzal, catalán, gallego y sardo-; Germánica- hablada por unos 600 millones de personas, siendo el inglés la mas hablada de todas ellas, sobre todo como segunda lengua, el alemán, holandés, sueco, danés, noruego, yiddish, afrikáans e islandés-; Eslava, Griega, Báltica, Céltica, Albanesa, Irania e Indoaria.
Desde 1978 son lenguas oficiales de España el castellano-español-, el catalán, el euskera, el gallego y el valenciano. Cifras aproximadas revelan que el 23.6% de la población mundial-1210 millones- habla Chino mandarín; 11.3%-573 millones-Inglés; 8.2% Hindi-418 millones-; 6.9%-352 millones-Español; 4.7%-242 millones-Ruso; 4.1%-209 millones-Árabe; 3.8%-196 millones-Bengalí; 3,5%-182 millones-Portugués; 3.3%-175 millones-Indonesio; 2.5%-131 millones-Francés; 2.4%-125 millones-Japonés y 2,1%-101 millones-Alemán.
Según la UNESCO de seis mil idiomas vigentes en el mundo, la mitad está en riesgo de extinguirse, América y Australia figuran entre las zonas que registran mayor amenaza. La presión de lenguas dominantes como el inglés, el francés, el español, el ruso y el chino contribuye al silencio de las minoritarias, lo que supone una contracción, reducción y empobrecimiento de la suma total de la reserva del pensamiento y conocimiento humano.
Ante este orden de ideas no es extraño que a finales de la década de 1880 el oftalmólogo polaco Dr. Ludovic Lazarus Zamenhof (Doktoro Esperanto-Dr. Esperanza-) propusiera en Varsovia, una lengua auxiliar artificial planificada, que denominó Esperanto, por la esperanza de que se convirtiera en una lengua universal, que acercara a todos los habitantes de nuestro mundo. El Esperanto es un idioma cuyo léxico es eminentemente latino, morfológicamente es de tipo aglutinante-permite construir de forma sistemática palabras combinando raíces, prefijos y sufijos-, con gramática basada en 16 reglas, alfabeto fonético de 5 vocales y 23 consonantes, estructura regular y reducido vocabulario para memorizar.
Las palabras fueron extraídas de muchos idiomas, especialmente de lenguas romances-principalmente el italiano y el francés- y germánicas-el alemán y el inglés-, con fonología de lenguas eslavas-ruso, checo, polaco y serbocroata-; con raíces indoeuropeas, latinas y griegas, tiene algún parecido morfológico con lenguas indígenas americanas-Náhuatl-quechua- y algunas lenguas orientales, como el japonés. Pero ningún país lo adoptó como lengua oficial y como solo un 0.03% de la población mundial lo habla, casi siempre como segunda lengua, está muy lejos de las expectativas de Zamenhof, de zanjar la brecha idiomática que nos aqueja.
La solución practica a través de la historia han sido los interpretes-del latín interpretem- personas que necesariamente conocen mas de una lengua, con lo que traducen o explican a otras, en una lengua que entienden, lo dicho en otra que les es desconocida. Los que hablan varias lenguas, los políglotas, hacen un gran servicio a las comunidades, porque establecen bases sólidas de comunicación internacional, porque “globalizan la aldea local”.
El futuro es de los políglotas, no hay duda, aún con los modernos sistemas de traducción simultánea electrónica. Pero consideremos que hay un grupo súper selecto, que por ser capaces de manejar fluidamente cinco, diez o más lenguas o idiomas se consideran hiperpolíglotas, los cuales literalmente tienen el mundo en sus manos.
El más célebre hiperpolíglota en la historia fue el cardenal Giuseppe Gaspardo Mezzofanti, nacido en 1774 en Bolonia, en donde fue educado; completó sus estudios teológicos antes de la edad mínima para ser ordenado, fue profesor de árabe, lenguas orientales y griego en su Universidad; a los 30 años hablaba correctamente 24 idiomas. A su muerte en Roma, a la edad de 77 años, podía comprender y expresarse en 114 lenguas y dialectos.
Otro hiperpolíglota sorprendente fue el político y lingüista Sir Jhon Bowring, funcionario inglés, miembro del parlamento británico, el hombre más erudito en lenguas jamás conocido: llegó a conocer medianamente unos 200 idiomas y manejaba un centenar con seguridad. Nacido en 1792, se desempeñó como gobernador de Hong Kong, y además fue escritor de numerosos libros y trotamundos. Doctorado en leyes en 1828 en la Universidad holandesa de Groninger, recibió el título de Caballero de la Orden de Bath, y fue miembro de la Royal Society y la Royal Geographical Society. Hasta el momento, no se conoce un mayor intérprete de lenguas que Bowring. Murió en 1872.
En la época actual, el mayor hiperpolíglota vivo el mundo debe ser el Profesor liberiano, nacionalizado brasileño de Ciencias Lingüísticas, Ziad Youseff Fazah-nacido en Monrovia en 1954, criado en Líbano y residente actual de Río de Janeiro, Brasil- que además del árabe-su lengua materna-, ostenta tener un concepto básico de al menos 60 idiomas distintos, la mayor parte aprendidos antes de los veinte años, cuando trabajó gratuitamente en agencias de turismo y empresas de navegación. Aunque acepta que solo ejercita un grupo reducido de tales lenguas.
Desde 1993 tiene el record Guinness como el mayor políglota vivo del mundo pues habla albanés, alemán, árabe, armenio, bengalí, birmano, búlgaro, camboyano, chino cantones, chino mandarín, coreano, danés, español, finlandés, francés, griego, hebreo, hindi, holandés, húngaro, indonesio, inglés, italiano, japonés, malayo, mongol, noruego, papiamento, persa, polaco, portugués, rumano, ruso, serbocroata, sueco, tailandés, tibetano y vietnamita, hasta completar 58 idiomas.
Un hiperpolíglota en ascenso es el joven prodigio de Bonn, Alemania, de solo 23 años de edad Sebastian Heine, estudiante de Filología Indogermánica a quien los medios han acertado en llamar “la torre de Babel humana”. A los siete años empezó a aprender griego y desde entonces incorpora a su bagaje entre tres y cuatro lenguas al año, Actualmente es capaz de comunicarse en nada menos que 35 idiomas distintos, de los cuales él, prefiere el pastún, hablado por una minoría étnica en el sur de Afganistán, zonas de Pakistán, Irán y la India, del cual es profesor de los soldados desplazados en el norte de Afganistán; pero todavía no habla italiano ni español.
En el ámbito hispanoamericano, destaca el médico internista colombiano, egresado de la Universidad Javeriana, de 53 años, Álvaro Ruiz que además de tocar el violín, habla más de 28 idiomas, tan remotos como el sánscrito y tan complejos como el ruso. Su inigualable capacidad de aprendizaje le permite leer y escribir fluidamente el inglés, francés, alemán, italiano, portugués, esperanto, latín, griego, sánscrito, catalán y valenciano; leer y escribir con diccionario en mano en árabe, ruso, chino, japonés, hebreo, sueco, danés, noruego, holandés, islandés, persa, guyarati-lengua de la India y escribir frases elementales en checo, polaco, búlgaro, tailandés y tibetano.
Otro latinoamericano asombroso, es el joven adolescente peruano Jorge Fernández Gates, estudiante de Administración y Relaciones Internacionales, que a los 18 años puede hablar, leer y escribir, además de su lengua materna el español, otras 11 lenguas extranjeras (chino mandarín, catalán, gallego, inglés, francés, alemán, sueco, rumano, italiano, portugués y holandés), por lo que ya es conocido como “el más joven políglota del Perú”, teniendo como meta ser diplomático, alcanzar el record Guinness y dominar algún día mas de 25 lenguas.
Otros de los grandes prodigios del idioma son el lingüista norteamericano, profesor del MIT, fallecido en 2001, Kenneth Locke Hale, que llegó a manejar 50 lenguas distintas; Georges Dumézil, famoso historiador francés que dominaba una treintena de lenguas; el Papa Juan Pablo II (polaco, esperanto, griego clásico, latín, italiano, francés, español, portugués, inglés y alemán, tenía conocimientos de checo, lituano, ruso, húngaro, japonés, tagalo y algunas lenguas africanas); el también Papa (Benedicto XVI- por lo menos una decena de idiomas-; Escritores políglotas fueron James A. Aloysius Joyce, James Yoyce y J.R.R. Tolkien, conocedores los dos últimos de 13 lenguas. Misma cantidad de idiomas maneja el arqueólogo Jean-Francois Champolion, quien logro descifrar el significado de los jeroglíficos, gracias a sus conocimientos de copto; Arvidas Sabonis, jugador de baloncesto. Habla lituano, ruso, polaco, inglés y español.Dikembe Mutombo, otro jugador de baloncesto. Él habla inglés, francés, español, portugués y cinco idiomas africanos. Definitivamente estos destacados hiperpolíglotas derribaron las barreras del idioma y nos dejan maravillados.
1 comentario:
Muy interesante la nota, aunque me parece que si uno más o menos maneja los rudimentos del idioma y luego usa el diccionario para el resto, no sé si lo consideraría como "dominar" sino más bien "tener nociones" del idioma. Y de ser así, "tener nociones" no entraría en la clasificación de ser hiperpolíglota.
Me ha pasado de entrar en sitios de países tan disímiles como Turquía, o República Checa, y empezar a entender palabras básicas para orientarme en lo que busco, pero de ahí a creer que puedo denominarme "hiperpolíglota" creo que hay un trecho bastante amplio.
Notable lo del alemán Sebastian Heine, hay que reconocer.
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