domingo, 9 de noviembre de 2008

Sucesos de Otros Lares 09 Vudú (Haití), Santería (Cuba) y Candomblé (Brasil)

Imagen: kalipedia.com/fotos/ceremonia-vudu

La Esclavitud, nefanda práctica de origen muy antiguo, es el estado en que se halla un individuo o un grupo social, que ha sido sometido a una situación en la que bajo el dominio de otros, al perder la libertad de disponer de si mismo, está sujeta a sus designios, sin opción a réplica, discrepancia, decisión o protesta.

Desde el siglo VII, los árabes mantuvieron un importante tráfico de esclavos en la costa oriental de África, particularmente en la Isla de Zanzíbar. Entre 1600 y 1800, durante la colonización del Continente Americano, se agudizó, por parte de españoles, portugueses, holandeses, ingleses y franceses, la trata de esclavos, que los vendían como mano de obra barata para las explotaciones agrícolas de Estados Unidos, Brasil y las Antillas.

El comercio negrero, base del sistema de producción de las plantaciones, fue de tipo triangular: Los barcos salían de los puertos europeos; se cargaban de personas esclavizadas en la costa del oeste de África y se dirigían a toda América. La “casa de los esclavos”, administrada por portugueses, concentraba a los cautivos cazados en la región de la costa occidental del África, para su posterior traslado y venta, estableciéndose en la Isla de Gorée, situada frente a las costas de Senegal, a solo tres kilómetros de la capital Dakar.

En el Golfo de Guinea, la Costa de los Esclavos, comprendida entre las desembocaduras del río Níger al este y el Volta al oeste, en lo que hoy son Nigeria, Togo, Ghana y Benín-antiguo Dahomey-, en el Golfo de Guinea, por su relativa proximidad geográfica con Europa, fue la fuente principal de la trata transatlántica de negros, mayoritariamente de la etnia Yoruba, que portando su religión, llegaron a Haití, Cuba y Brasil.

El gran grupo etno-lingüístico de los Yoruba, que habitaba principalmente Nigeria, Benín y Togo, inicia su diáspora a América, portando su religión, en un encuentro forzado entre culturas, con interacciones con amerindios y europeos. Pese a los efectos debilitantes de la esclavitud, la mitología yoruba, conocida como Regla de Osha-Ifa, dio lugar a muchas religiones en el Nuevo Mundo. El pueblo de color, que no podía en América practicar libremente su religión, paulatinamente fusionó sus elementos ancestrales con algunos de los de sus amos, creando un sincretismo entre lo animista-“todo esta vivo” “todo es consciente” “todo tiene un alma” “interrelación entre el mundo de los vivos y el de los muertos”-, y lo católico cristiano, que dio origen a creencias muy peculiares, como el Vudú de Haití-agregando la liturgia Fon-Ewe y la cultura congo angoleña-, la Santería de Cuba y el Candomblé de Brasil.
Vudú es una deformación de la palabra «vaudoux»-espíritu-, aplicada a un dios serpiente con poderes de oráculo, venerado en un frenético baile tribal por esclavos procedentes del actual Benin. En el dialecto dahomeyano, significa dios, refiriéndose al culto del sol, la luna y el trueno.
El Vudú, una de las religiones más antiguas del mundo, originada en base a las creencias africanas de los pueblos del Golfo de Guinea, cabalga entre el politeísmo y el monoteísmo. Es un culto teísta de un sistema animista, que los esclavos, al llegar a las Antillas adicionaron con sus interpretaciones del cristianismo, practicándose en su forma más completa, como una nueva religión, en las aldeas del interior de Haití.
Esta religión es un conjunto de dogmas, prácticas y creencias, que contienen trasfondos mágicos, de magia blanca y magia negra, la primera para pedidos positivos y la segunda, practicada por zobóps y bokós, para realizar un daño a alguna persona. La meta del vudú generalmente es contactarse con una deidad o con un espíritu para conseguir sus beneficios a cambio de sacrificios como ofrendas, en sus rituales, generalmente se sacrifican animales o confeccionan muñecos de cera que traspasan con alfileres para provocar dolor en la persona que representa. Tienen un ritual bien organizado, donde las danzas y cánticos se consideran una parte relevante, principalmente los cantos africanos antiguos.

La mayoría de los ritos del Vudú empiezan con oraciones católicas recitadas en francés, después la lengua cambia al criollo-combinación de francés, español, africano y “patois”- y empiezan las danzas extáticas y los tambores a ritmo cada vez más trepidante. Sus actividades de hechicería y conjuros, encierran fetichismo, cultos paganos de sacrificio, manipulación en trance y comunicación con sus respectivos dioses, cuyos nombres indican su procedencia de Dahomey.
Existen unos 400 espíritus menores pero un único espíritu mayor, “Olorun” u “Oloddumare”, el soberano del universo, para los antillanos el “gran Met”, contracción de “gran maestro” en francés. Los siete dioses principales o Loa, a los que se rinden honores son: Orula, dios del destino; Eshu, de la venganza; Shango, del rayo y del fuego; Yemaya diosa del mar y de las aguas; Elegua, de los viajeros; Oggun, de la guerra y Obatala, dios del bien.
Del vudú americano, se deriva la Santería,-una de las máximas expresiones sincréticas del mundo- actualmente muy extendida en Cuba y también practicada en República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Venezuela y lugares con población hispana, predominantemente inmigrantes cubanos en los EE.UU.
El término “santería” fue utilizado por los españoles de forma despectiva para burlarse de la aparente devoción supersticiosa excesiva que mostraban los seguidores a los santos en detrimento de Yahvé. Los practicantes prefieren utilizar otros nombres como “lucumi”-amigo mío- o Regla de Ocha (Osha-Ifa). La Santería es un conjunto de sistemas religiosos que funden creencias católicas con los ritos ancestrales de la tradición yoruba. Dado que los europeos no permitían a los esclavos adorar a sus dioses, ellos identificaron a sus dioses con los santos, de esta forma podían seguir haciéndolo sin que se dieran cuenta sus dueños.

Al igual que en el vudú, la santería cree en una fuerza o dios universal del que proviene todo lo creado, llamado Oloddumare. Luego están los orishas, que son deidades que gobiernan diversos aspectos del mundo y velan para que cada mortal cumpla el destino que tiene marcado desde su nacimiento.

Los orishas son identificados con los santos más conocidos: Elegua, el Santo Niño de Atocha; Shango, deidad de las tormentas y el trueno es Santa Bárbara; Ogun, dios de la guerra es el mítico San Jorge; Acayú es San Cristóbal; Inle el médico, es San Rafael; Yemaya diosa de la maternidad y del mar es la Virgen de Regla; Oshún, diosa de los ríos es la Virgen de la Caridad del Cobre.

La jerarquía sacerdotal de la Santería tiene como máximos sacerdotes a los babalawos de Ifá-padres de los secretos-y su profeta Orunmila. Luego se encontrarían los Babaloshas e Iyaloshas, que son Santeros con ahijados consagrados. Los Iyalorishas y Babalorishas, Santeros que no tienen ahijados. Los Iyawos, Santeros en su primer año de consagrados, y por ultimo los Aleyos, que son creyentes pero que aun no han sido consagrados.

Los pilares fundamentales de la Religión se basan en el culto a los ancestros muertos (egguns) y en el conocimiento de que existe un Dios único (Oloddumare) y se relaciona con los seres humanos a través de extensiones del mismo, que también son divinidades, a las cuales los Yorubas denominaron Orishas. Por estas características se considera que es una Religión Politeísta.

El ebbó o sacrificio para lograr resolver problemas de índole económica, problemas de salud o de estabilidad espiritual está presente en la Religión y en la adivinación a través de los tres Oráculos: Elde Ifá (utilizado por los Babalawos), el del Diloggún (caracoles) utilizado por los Santeros y del Biagué (coco), utilizado indistintamente por ambos. El sacrificio pueden ser plantas, semillas, metales, animales u otros productos provenientes de la naturaleza, ya que la Religión tiene un carácter neo-pagano.

Generalmente los orishas y ancestros solicitan que les sea ofrecido uno o varios animales, en este sentido, el sacrificio no es un instrumento mediante el cual se pretenda redimir pecado alguno ya que en la Santería no existe tal concepto. Los santeros, intermediarios que realizan el rito, realizan las ceremonias en sus propias casas, porque la Santería carece de templos. Se reúnen en casa o ilés, que al mismo tiempo componen ramas de acuerdo a los primeros fundadores. El Santero forma parte de la vida cotidiana del creyente y se convierte en su intermediario con lo sobrenatural, su consejero y su adivino.

Otras religiones derivadas del vudú, con culto en Brasil, son el Candomblé, la Umbanda y la Kimbanda. La primera recoge una serie de creencias yorubas, ewe, fon y bantú, sobre todo en la región de Bahía, donde se practica con danzas de posesión espiritual que conducen a estados de trance. En el sureste del país se llama Macumba y en Río de Janeiro Umbanda.

Los seguidores del Candomblé, llaman "naciones" a los distintos ritos, influenciados por distintas culturas. Las "naciones del Candomblé" se fundaron básicamente en las culturas africanas, que venían de los actuales países de Angola, Zaire, Gabón, Mozambique y el Congo, es decir del área bantú cultural. Con el Yorubas y el Ewê-Fons influyó el área sudanesa del Golfo de Guinea, que a su vez delimitó la actual Nigeria y Benin. Los ritos de iniciación de origen Yoruba y los Orishas, predominan en Bahía, en la denominada nación Keto.

El Candomblé es una religión monoteísta, el Dios único para la nación Keto es Olorum, para la nación Bantú es Zambi y para la nación Jeje es Mawu.

El Candomblé es un culto de los Orishas, que son netamente energía de origen totémico y familiar, que tiene por base al “anima” de la naturaleza. Los Orishas de la fuerza de la tierra son: Oggun, dios de la guerra; Obaluaiê, de la salud; Nanâ, diosa de los pantanos; Oxósse, patrono del candomblé brasileño y Ossâim, dios de las plantas. Los de la fuerza del Agua: Oxum, diosa del agua; Oxumaré, dios de la lluvia y Iemanjá, madre de todo. Los de la fuerza del Fuego: Exú, que comunica este mundo con los dioses; Iansa, dueña del alma de los muertos y Shango, dios del trueno. El de la fuerza del Aire: Orisha Oxála, dios de la creación; representándose de dos maneras, Oxaguia, joven y Oxalufa viejo.

El candomblecista realiza la consulta de adivinación, usando exclusivamente el juego de caracoles de mar (jogo de Buzios). Esta religión utiliza para conectarse con los reinos animal y mineral y con los elementos de la naturaleza ofrendas, ebós, rituales africanos y Orôs (rezos).

El Candomblé originalmente ilegal, hoy es una de las principales religiones establecidas, con seguidores de todas las clases sociales y decenas de miles de templos, llamados casas, roças o Terreiros. En Salvador de Bahía existen 2230 terreiros registrados. Los Orishas del Candomblé, los rituales y las fiestas son hoy parte de la cultura y del folclore brasileño.

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