El Autor recibiendo un reconocimiento de la ULA por medio de los Doctores Héctor Sequera y Fadhel Bahasas e, Mérida, Venezuela
El 18 de marzo de 1989 arribé, para tomar posesión del cargo de Consultor Internacional de Servicios de Salud, a una Caracas desolada, pues recién se estaban atenuando los efectos vandálicos del “caracazo” suscitado por las protestas populares desbordadas, ante la nueva toma de posesión presidencial del controvertido Carlos Andrés Pérez.
Venezuela, con sus 20 Estados, un Distrito Federal, dos Territorios y 72 islas, estaba poblada por casi veinte millones de habitantes, que desde el punto de vista sanitario, estaban adscritos a la salud pública en 127 Distritos de 23 Subregiones de Salud.
El desarrollo y fortalecimiento de los Sistemas Locales de Salud (SILOS) fue la misión institucional que me asignó mi gerente técnico en Washington, ésta novedosa táctica operacional, se enmarcaba en la estrategia de Atención Primaria para la Salud (APS) a fin de lograr la meta de salud para todos.
Infortunadamente no tuve introducción al puesto, ni entrega de documentos de la cooperación técnica (CT) previa, sin embargo, esta aparente debilidad se transformó en fortaleza, pues gracias al ambiente que prevalecía, de flexibilidad, pude orientar mi trabajo a aspectos torales que mejoraran la calidad, la oportunidad y la cortesía en la prestación de los servicios de salud, conforme a la dilatada experiencia que ya había adquirido como directivo en México. Esta libertad, a los ojos de mis contrapartes, me calificaba como un consultor “atípico”, pues me salía de los moldes acartonados, tornando la CT clásica de respuesta en CT de propuesta, sobre todo de cooperación técnica directa.
Doctrinariamente mi trabajo se basó en la Declaración de la Conferencia Internacional sobre APS, realizada en Alma Ata, el 12 de septiembre de 1978, de extensión de cobertura de la asistencia sanitaria esencial, organización y participación de la comunidad para su bienestar, desarrollo de la articulación intersectorial e incorporación y adecuación de tecnología apropiada, para que mediante atención integral de las necesidades prioritarias de salud, solucionar los problemas principales, con equidad y calidad.
Dos fueron mis estrategias operativas en la entrega de la CT: Darle contenido operativo a la ya formada Comisión Nacional Permanente de Atención Primaria (CNPAPS) y aprovechar las innumerables y avanzadas experiencias que ya se desarrollaban, aunque en forma aislada, en el nivel local, para diseminar el conocimiento mediante un grupo ad hoc, que se denominó Grupo de Apoyo Gerencial a los Sistemas Locales de Salud.
Para llenar el vacío existente y traducir el discurso político en acciones concretas y eficientes, para toda la población, catalicé con la CNPAPS, la elaboración de la Investigación Operativa, que sirvió de base, para que en un proceso gradual, modular y resolutivo, todos los elementos del nivel local, armonizados con una sola direccionalidad, racionalizaran los recursos disponibles, en beneficio de todas las personas.
La Investigación Operativa, constituida por cinco líneas, (conocimiento, suministro, mantenimiento, fortalecimiento gerencial y metodología operativa), fijó el compromiso de incorporar progresivamente, la mayor parte de los Distritos Sanitarios del país.
Elaboramos los materiales de apoyo necesarios, documentamos el proceso mediante publicaciones periódicas y las experiencias, de equidad, eficacia, eficiencia, cobertura e impacto en el proceso de desarrollo y fortalecimiento de los Sistemas Locales de Salud (SILOS), fueron evaluadas.
La Metodología Operativa, tanto en la implementación, extensión e implementación de los SILOS, en sus dos fases, Programación Local Participativa y Gestión por Operaciones y Manejo Modular, se nutrió, principalmente de los brillantes aportes de los Directores de Distritos Sanitarios, apoyados por sus respectivos equipos de salud, así como de las importantes contribuciones intelectuales del Grupo de Apoyo Gerencial.
Se incorporaron instrumentos propuestos desde la propia base, tanto para el análisis de la situación de salud, la administración del conocimiento, la capacitación gerencial, la descentralización, la evaluación y el monitoreo, generando un clima de optimismo que repercutió en la mejoría de los servicios. El proceso hermanó a los directores de Distrito, que intercambiando experiencias, crecieron profesionalmente.
Con un enfoque gerencial y por aproximaciones sucesivas, tras cinco años de esfuerzos sostenidos, sin disminuir nunca la motivación y el optimismo, que me permitieron recorrer la geografía venezolana, motorizados por los directores de los SILOS, en 1993, según los parámetros del Ministerio de Salud y Asistencia Social, se habían acreditado (25) Distritos Sanitarios en diecisiete (17) Estados: 1.-Colón, Táchira; 2..-Quibor, Lara; 3.-Cariaco, Sucre; 4.-Valera, Trujillo; 5.-San Luis, Falcón; 6.- Maturín, Monagas; 7.-San Bernardino, DF; 8.-EI Valle, DF; 9.-Caroní, Bolívar; lO.-Lagunillas, Mérida; 11.-Guigüe, Carabobo; 12.. Maracaibo/3, Zulia; 13.-Zaraza, Guárico; 14.-Pariaguán, Anzóategui; 15.-Punta de Piedras, Nueva Esparta; 16.-Carache, Trujillo; 17.-Chivacoa, Yaracuy; 18.-Punto Fijo, Falcón; 19.-San Antonio, Táchira; Socopó, Barinas; 2l.-Catia, DF; Trujillo, Trujillo; 23.-Altagracia del Orituco, Guárico; 24.-San Fernando, Apure y 25.-Santa Rita, Zulla.
Aunque el énfasis fueron los aspectos inherentes a los SILOS, la CT no se restringió a tan importante tema, también hubo otros recurrentes, entre ellos la Medicina simplificada, la Salud de los Pueblos Indígenas, el Fortalecimiento Gerencial, la Medicina Familiar, la Acreditación Hospitalaria y los Sistemas de Información, entre otros.
En la primera intentona fallida del golpista Hugo Chávez, en la que por cierto yo estaba de acting (encargado de la oficina), fui interceptado por un grupo armado, que me obligó apuntándome con sus ametralladoras, a abandonar el vehículo y tenderme boca abajo en plena avenida. Además de la humillación no hubo ninguna lesión que lamentar.
A casi veinte años de distancia, cuando veo en mis estantes las placas de reconocimiento con las que me honraron, pienso con mucha nostalgia, que el esfuerzo valió la pena.
1 comentario:
Aunque estoy leyendo este artículo algunos meses después (14-02-09) estoy de acuerdo contigo plenamente que tu trabajo en Venezuela no fue en vano. Aquí quienes te conocieron y apreciaron recuerdan aún con nostalgia una OPS que se adentró en territorio virgen a explorar, a impulsar y dar estímulo a quienes hacíamos las cosas diferentes. Las reuniones en Colón, San Pedro del Río, Mérida, Quíbor y Caracas del Grupo Gerencial y los productos escritos que nacieron confirman que valió la pena tu esfuerzo y aún 18 años después lo recordamos con enorme gratitud.
Fernando Colmenares Bottaro
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