jueves, 22 de mayo de 2008

ANTAÑO HOGAÑO (49) EL COPIA Y PEGA: ¿Recurso técnico o plagio descarado?


El copia y pega es el paradigma en cuanto a transferencia de texto, datos, archivos y objetos desde un lugar de destino a uno distinto; los editores de texto son una herramienta fundamental para componer y reorganizar toda clase de escritos.

El atajo rápido es teclear X para cortar (debido a la forma de tijera de esa letra), C (por ser la inicial de copy, para copiar) y la V (para pegar, por proximidad en el teclado a las otras dos letras).

La mayoría de las publicaciones que se obtienen en el buscador Google, opinan adversamente sobre este procedimiento, no ahorrando epítetos, califican a los copiadores como “juntaletras” “ratas de alcantarilla” “buitres carroñeros” “hienas digitales” “repugnantes personajes” “filibusteros de poca monta”; sin que estos refinados y delicados escritores, se tomen la molestia de citar a los autores primigenios de tan originales frases.

Pero el método, antes del uso generalizado de las computadoras, no es nuevo, baste recordar a los párvulos, que copian lo que la maestra pone en el pizarrón y se espera que lo “peguen” en sus infantiles cerebros, ese es el aprendizaje al que fuimos sometidos.

Estamos convencidos que solo se trata de un plagio cuando se suplanta al creador, copiando una obra ajena, que se presenta y firma como propia; o bien cuando se infraccionan los derechos, buscando un lucro indebido que afecta el ingreso del autor.

El copy/paste acrítico, a diestra y siniestra, es una técnica muy mal vista, pues no se puede copiar con la displicencia de una taquillera del Metro de la Ciudad de México, por el contrario se trata de un ejercicio analítico, que selecciona lo mejor, de lo mejor que ofrece el Internet, gracias a la gran información que se obtiene con los meta-buscadores que clasifican los datos.

Las diferentes opciones de datos, se editan conforme a nuestros intereses, haciéndola trozos, uniendo piezas, integrándolos, lo que crea un nuevo orden de cosas enriquecido.

El proceso de pega, semeja al accionar del carpintero, que mide dos veces y corta una vez, pues implica una decisión irreversible. Aunque es muy posible que se pierda la información relativa a los autores; en verdad se trata de un homenaje al talento de los creadores, al escoger las mejores opciones. En este ejercicio empezamos buscando un término que casi desconocemos y terminamos siendo casi expertos en el tema.

El fenómeno de copiar y pegar ha llegado a las aulas y se ha convertido en un hábito entre los estudiantes; los bloggeros también nos hemos habituados a utilizar la tecnología digital, pues como bien dice una cubana, los blogs son como una “balsa ideológica”, por cierto, me acabo de enterar que la acusan de colaboradora de la CIA. Y es precisamente en este tipo de publicación donde se evidencia un grave conflicto entre la propiedad intelectual y la democratización del conocimiento, porque las definiciones tradicionales de reproducción, distribución y comunicación al público no encajan del todo en este medio moderno, en un contexto de mercantilización de la cultura.

En el Internet, el autor pierde el control de la explotación de su obra, en tanto, al legislar sobre los derechos, se crean mas problemas de los que se intenta solucionar, ya que si se deja al autor un monopolio que le permita decidir, en detrimento del derecho de información del ciudadano, quien tiene acceso a su obra, el mundo se empobrece culturalmente, porque no solo se premia el conocimiento, sino se penaliza la ignorancia, desprotegiendo el interés público, de acceso al mejor conocimiento acumulado de la civilización, en forma irrestricta para toda la humanidad.

El verdadero objetivo del copia y pega es la diseminación de la información –que ya es de dominio público, por tanto se puede informar sobre ello-; generando y transmitiendo saberes como valor agregado, porque el conocimiento humano no tiene límites, y si se comparte, se multiplica en vez de dividirse. A final de cuentas ¿Quien es el dueño de la información, el que genera datos o el que los procesa hasta convertirlos en inteligencia? Porque la ventaja no es de quien tiene la tecnología sino de quien la utiliza.

¿Pueden ustedes imaginar que habría ocurrido si los inventores de la escritura o de los números hubieran reservados los derechos de su creación? Afortunadamente el ser humano por naturaleza tiende a compartir sus descubrimientos.

El copia y pega con fines didácticos académicos no debe afectar nunca los derechos de carácter patrimonial o de propiedad, de tipo pecuniario del autor (reproducción, distribución, comunicación pública) ni los derechos no patrimoniales o morales que son inalienables, inembargables, irrenunciables e imprescriptibles (divulgación, paternidad –derecho a ser identificado como autor-, integridad –no distorsión o mutilación que perjudique la reputación-, acceso, revocación o cesión).

Las condiciones que debe cumplir este procedimiento de edición no son extremas, se encuentran en el punto medio del control y la anarquía total:
  • a) siempre reconocer y citar al autor original, -cuando se conozca-.

  • b) no utilizar el material con fines comerciales –ningún lucro-

  • c) no lesionar los derechos patrimoniales o morales

  • d) no modificar los contenidos

  • e) verificar los datos, compararlos con el diccionario o con otras estadísticas

  • f) de ser posible, enlazar con los artículos originales.

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