Apuntes de Oceanía: 01 LA LEY DE LA LENGUA.

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Edén, Australia, desde una colina.

Con  9 008 458 Km2 Oceanía es el continente más pequeño del mundo, situado en la inmensidad de los 155557000 Km2 del océano más grande del planeta, el Pacífico. Se constituye de la Micronesia: Islas Carolinas, Marshall y Marianas; así como de la Polinesia: archipiélagos de las islas Cook, Marquesas, Samoa, Islas de la Sociedad, Tokelau, Tonga, Tuamotu, complementando el gran triángulo que conecta Hawái, la isla de Pascua y el grupo de Islas de Nueva Zelanda, éstas últimas a 3200 km. al sureste de la masa más grande del continente (7741220Km2) la imponente isla-continente de AUSTRALIA, sexto país más grande de la tierra.

Mapa de Oceanía.

Nueva Holanda-nombre histórico aplicado en 1644 por el explorador neerlandés Abel Tasman y que permaneció durante más de 150 años-hoy con el nombre de Australia-, se divide en 6 estados y 2 territorios, destacando el estado de Nueva Gales del Sur (NWS), con una extensión de 800642 Km2 y 6400000 habitantes, tiene un fuerte atractivo turístico al sureste, al límite de la frontera con el estado de Victoria, la afamada Costa Zafiro (Sapphire Coast), de aguas azules e iridicentes, a unas 6 horas de Sídney (capital del estado y ciudad más importante) y 3 horas de Canberra (capital del país), de espectaculares playas, verdes colinas, tranquilos lagos, parques nacionales  y pueblos costeros encantadores, entre ellos la bella localidad y puerto de Edén, ubicada en el extremo norte de la Bahía de Twolfold, uno de los mejores lugares de avistamiento de ballenas y tercer puerto natural más profundo del hemisferio sur, en donde sus mas de 3000 habitantes, están orgullosos de que en este lugar, se haya dado una de las historias más extrañas e increíbles de colaboración animal con los humanos, como queda expuesta en el Killer Whale Museum, que es conocida como el Pacto o Ley de la Lengua (Law of the tongue).

Australia, con sus seis estados y dos territorios.

El puerto natural de Edén.

Yo sabía que algunos animales tienen conductas simbióticas con los humanos, citaré dos notables:

En Kenia y otros lugares de África, el pájaro grande indicador de la miel (Greater honey guide) -Indicator indicator- ayuda a encontrar colmenas, pero antes necesita a alguien que pueda evitar el ataque de las abejas, corte el árbol, abra el nido y extraiga la miel, para así, ya sin peligro comer las larvas, la cera y los huevos.

De tal manera que con su característico canto y saltando de rama en rama, va guiando a mujeres y jóvenes del clan Boron hacia la colmena para localizar los panales. Los humanos aturden a las abejas con el humo y abren el panal. Cuando se van, el indicador puede darse un festín. Pero cuando son los humanos los que necesitan miel, imitan la llamada del ave y encienden antorchas para llamar la atención de los indicadores cercanos para encontrar rápidamente una colmena.

Pájaro Grande indicador de la miel.

Otro ejemplo, la pesca con cormoranes, que desde hace siglos se viene desarrollando en muchos lugares de Asia, curiosa colaboración, entre aves acuáticas y pescadores,  que es tradición en China en el río Li de Güillín. Los cormoranes son atados en la base del cuello con una cuerda de manera que solo pueden tragar pececillos, quedando retenidos los pescados grandes que extraen sus amos, repitiendo la operación. Al final de la faena se les retira la cuerda y se les permite pescar para el animal.

Cormoranes del río Lin en China.

Pero no tenía noticia, hasta ahora, de la cooperación entre orcas y pescadores, el pacto simbiótico de origen incierto entre una particular manada de orcas asesinas y un grupo de pescadores australianos, en la que humanos y cetáceos trabajaron en forma conjunta para cazar ballenas barbadas.

Ballenas asesinas trabajando con humanos para cazar ballenas barbadas.

Es poco conocido como surgió el insólito pacto entre ballenas asesinas (Orcinus orca) con peso alrededor de las 9 toneladas, con el pueblo pescador indígena de los Yuin a la llegada  de cazadores europeos en el siglo XIX, las “cláusulas” resultaban perfectamente claras; las orcas se encargaban de intimidar y arrinconar a las ballenas barbadas en la Bahía Double, que podían llegar a pesar 200 toneladas, donde los cazadores las sacrificaban con sus arpones. A cambio de la ayuda prestada, los humanos recompensaban a las orcas con ciertas partes de la presa, mientras el cadáver de la ballena barbada permanecía asegurado a la embarcación, los balleneros permitían que las orcas consumieran los labios y la enorme lengua carnosa de la ballena, dejando a los humanos los preciados huesos, la carne más central y la grasa. Este acuerdo tácito de colaboración posteriormente sería conocido por los balleneros como la ley de la lengua.

Alexander Davidson.

Hay relatos de la década de 1860 cuando la familia de Alexander Davidson fundó una estación ballenera en Edén, los europeos desconocían por completo la importancia de las orcas en la actividad pesquera local, y sería el propio Davidson quien lo descubriría al contratar a un pescador Yuin que le explicó el proceso: Cada año llegaban las ballenas barbadas a la Bahía de Twoffold, las orcas las perseguía y encapsulaban, avisaban a los balleneros mediante “flop-tailing (golpeteo del agua con sus colas) para que pudieran ser arponeadas por los pescadores y cuando la ballena estaba muerta los asesinos tomaban la lengua y los labios. Sorprendentemente, los líderes de las manadas fueron identificados individualmente por marcas especiales: Hooky, Humpy, Stranger y Old Tom (1895-1930), la orca macho más famosa de Twofold Bay, llamado así por los balleneros del puerto de Edén, Nueva Gales del Sur, en la costa sudeste de Australia. 

El viejo Tom con Davidson.

Este ejemplar media alrededor de 7 metros y pesaba 6 toneladas, líder de una manada que trabajó con los balleneros locales durante décadas durante los últimos años de 1800 y principio de 1900. 

Eden Killer Whale Museum.

El cuerpo de Tom fue encontrado flotando en la Bahía  en septiembre de 1930, sus restos se guardaron convirtiéndose en el primer elemento de la colección del Eden Killer Whale Museum construido en 1939 y el esqueleto de Tom permanece  en exhibición, junto con la galería Davidson, que tiene fotografías comprobatorias de este extrañísimo fenómeno.