Según
la teoría de la Tectónica de Placas y la Deriva Continental, de
desplazamiento lento y continuo de las masas continentales unas respecto a
otras, del astrónomo y meteorólogo alemán Alfred Wegener, en 1912, al final de
la era Paleozoica y comienzos de la Mesozoica existió un supercontinente que
agrupaba la mayor parte de las tierras emergidas del planeta que hoy se conoce
como Pangea (toda la tierra) del griego pan “todo” y “gea” tierra.
Hubo
tres fases importantes en la desintegración de Pangea. La primera fase al
principio del Jurásico, cuando se extendió el mar de Thetis, partiéndola en
dos: la masa continental Laurasia y el bloque meridional Godwana (palabra
que deriva de una provincia del oriente central de la India en la que hay
evidencia de una extensa glaciación así como abundantes fósiles), separando
Norteamérica de África y produciendo el Océano Atlántico.
La
segunda fase importante de la desintegración de Pangea comenzó al inicio del
Cretáceo (hace 150 millones de años) cuando el supercontinente Gondwana fue
escindiéndose, dividiéndose en cuatro continentes más pequeños (África,
Sudamérica, India y Antártida/Australia, dando lugar a la formación del Océano
Índico, un proceso de partición y alejamiento que continuó durante el Cenozoico
y permanece activo.
En la
tercera fase principal (y final) de la desintegración de Pangea ocurrida al
inicio del Cenozoico, Australia se separó de la Antártida, moviéndose hacia el
norte, permitiendo por primera vez la completa circulación oceánica alrededor
de la Antártida, causando un rápido enfriamiento del continente y la formación
de glaciares.
El
fragmento continental de Australia y Nueva Zelanda se separó del resto de
Gondwana a finales del Cretácico (95 a 90 millones e años). Luego alrededor de
83 millones de años Zealandia comenzó a separarse de Australia formando el mar
de Tasmania.
Nueva
Zelanda y Nueva Caledonia, representan la parte visible de una porción, de la
corteza continental, generalmente conocida como Zelanda, que incluye el
Challenger Plateau y Lord Howe Rise, que se extienden desde el noroeste de
Nueva Zelanda hasta casi el norte de Australia.
Zelanda, un
continente centrado en la actual Nueva Zelanda, con un área de 3500000
kilómetros se separó de la Antártida desde hace 85 y 130 millones de años y de
Australia hace 60-85 millones de años, hundiéndose tras la apertura de un borde
divergente, quedando las islas mayoritariamente cerca del borde meridional del
continente, ahora sumergido.
Nueva
Zelanda, el país, tal y como ya se conoce, se formó casi en su totalidad
durante la última fase de formación montañosa del periodo terciario (hace 26
millones de años).
Nueva
Zelanda, situada en el sudoeste del Pacífico, con 268838 Km², consta de dos
islas principales: la isla Norte y la Isla Sur, dos tercios de la isla Sur
corresponden a montañas, producto de la colisión de las placas australiana y
pacífica.
Nueva
Zelanda descansa sobre dos placas tectónicas, la Pacífica y la Australiana,
debido a que estas placas están cambiando constantemente y triturándose entre
ellas, Nueva Zelanda tiene mucha acción geológica, actividad volcánica,
terremotos y áreas geotérmicas, lo que explica que la costa oeste de la
isla sur, sea una de las más lluviosas del mundo en donde se ha creado un
frondoso bosque tropical y que cadenas montañosas se hayan sumergido en el mar,
creando espectaculares estrechos y fiordos que ofrecen algunos de los paisajes
más pintorescos de Nueva Zelanda.
En la
Isla Sur, cerca del cordón montañoso de los Alpes del Sur, tiene impactantes y
espectaculares glaciares destacando dos, el Fox y el Franz Josef. Un glaciar es
una gruesa masa de hielo que se origina en la superficie terrestre por
acumulación, compactación y recristalización de la nieve, mostrando evidencias
de flujo en el pasado o en la actualidad.
En la
esquina suroeste de la isla Sur se encuentra ubicado El Parque Nacional
Fiorland, patrimonio mundial de la humanidad, el más grande de los 14
parques nacionales, con un área de 12.500 km².se ingresa a este lugar a través
de famosos valles esculpidos por glaciares, rodeados de poderosas cadenas de
montañas.
Es una
de las partes más espectaculares y hermosas del país y el poder de los
paisajes, algunas veces parcialmente ocultos por la niebla, nunca deja de
atrapar a los viajeros. Ese entorno natural extraordinario, con un notable
exceso de tranquilidad, ofrece cascadas espectaculares, brillantes lagos
relucientes, montañas escabrosas, picos nevados y 14 pintorescos fiordos
impresionantes.
Un
fiordo se define como un valle en forma de U, creado por acción de un glaciar,
que fue inundado por el mar. Los fiordos tardaron 100000 años en formarse.El
Parque Nacional los Fiordos, destino turístico por excelencia de la Isla Sur,
fue para nosotros la puerta de entrada a Nueva Zelanda, específicamente
llegamos para disfrutar los fiordos de Milford Sound, Doubful Sound y Dusky
Sound, donde los verdes acantilados se elevan casi verticalmente desde aguas
profundas de color índigo. Según los expertos existe diferencia entre un Sound
y un Fiordo. El primero es un valle fluvial que se ha originado debido a la
tierra hundida debajo del mar, en tanto que los segundos han sido creados por
la acción glacial que produce valles en forma de U con acantilados. Los fiordos
también se caracterizan por entradas poco profundas que se inician rápidamente
hacia el mar en aguas profundas. Aunque los llamen Sounds, en realidad son
Fiordos, de ahí que la región se haya renombrado Fiorland, para corregir
ese error.
Milford
Sound, también conocido como Piopiotahi en maorí, es un fiordo pequeño,
situado en el National Fiorland Park, en la isla Sur de Nueva Zelanda, dentro
del Te Wahipounamu, declarado Patrimonio de la humanidad. Es una (sino que la
más) de las principales atracciones turísticas del país Kiwi. Y no es
para menos, pues sus 15 kilómetros de extensión, desde el Mar de Tasmania hasta
la costa, trascurren por un escenario de ensueño rodeado de montañas con picos
hasta de 1200 metros, cascadas espectaculares, laderas escarpadas y bosques
húmedos. Todo ello acompañado de delfines, pingüinos y leones marinos, con
montañas nevadas como telón de fondo.
Es el
sitio más famoso de Nueva Zelanda para los turistas, además de ser llamado la
“octava maravilla del mundo” por el Premio Nobel de Literatura 1907, originario
de Bombay, India Británica, Joseph Rudyard Kipling.
Pese a
su alejada locación, y el largo viaje desde los más cercanos pueblos, la
belleza de este paisaje atrae a miles de visitantes cada día, con casi 550 mil
en total por año, a través de vuelos panorámicos y cruceros.
Doutful
Sound, el más largo, profundo y sinuoso de los fiordos, con tres brazos
distintos, a veces llamado “El sonido del silencio”, porque existe una especial
serenidad, que contrasta con Milford Sound. Este fiordo es rico en flora y
fauna. Se pueden apreciar, en pequeños islotes a la entrada del fiordo, los
lobos finos de Nueva Zelanda y los pingüinos crestados de Fiorland.
Dusky
Sound, sin caminos directos que conduzcan a él, está aislado y sigue siendo uno
de los fiordos más remotos de Nueva Zelanda.
En fin
como mencionamos en el título de este post, una maravilla.
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