viernes, 20 de marzo de 2009

El Denodado Camino del Éxito 25 Friedrich Heinrich Alexander Von Humboldt: Barón deslumbrante y Sabio sin paralelo.

Imagen: pintura de Joseph Stieler 1843

“Es increíble la fuerza que el alma puede infundir al cuerpo”


Brillante pensador de la Ilustración y el movimiento científico europeo de finales del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX; científico de talla universal, viajero y explorador incansable; uno de los grandes sabios del occidente moderno, de una polivalencia extraordinaria, estudioso de la naturaleza que reunió los conocimientos suficientes para abarcar al mismo tiempo, geografía, mineralogía, antropología y astronomía y ligarlos con la demografía y la economía; erudito autodidacta de gran capacidad intelectual, que paradójicamente nunca obtuvo un título universitario. Además fue escritor, diplomático, historiador y un filósofo humanista, que a decir de Uslar Pietri, tenía un aire noble, inteligente, reposado y señorial.

Nació en Berlín, el 14 de septiembre de 1769, en el seno de una familia de la nobleza prusiana; hijo de Alexander Georg von Humboldt, oficial del ejército de Federico II el Grande de Prusia-territorio en las costas del mar Báltico, precursor de Alemania, estado reconocido por sus virtudes de organización, sacrificio, legalidad, pragmatismo, puntualidad y diligencia-, y de Marie Elizabeth von Hollwege, burguesa acomodada y culta.

Entre 1777 y 1787 recibió, junto con su hermano mayor Wilhelm-que sería lingüista y ministro-una educación esmerada en su casa materna, el castillo de Tegel-localidad del noroeste de Berlín, en donde actualmente está el más importante de los tres aeropuertos de la capital alemana-dirigida por profesores privados muy notables entre los que destacan sus preceptores de pedagogía, lingüística y botánica, que estaban influenciados por la Ilustración Berlinesa. En 1788 se forma intelectualmente en Berlín, asiste a la Universidad de Frankfurt del Oder para realizar estudios de economía y en1789 retoma sus estudios en la Universidad de Göttingen, recibiendo instrucción en Filosofía, Física, Idiomas, Grabado y Dibujo. También estudió ciencias económicas y administrativas, y letras clásicas. En 1791 ingresa a la escuela de Minas de Friburgo, desempeñando puestos de responsabilidad en la administración prusiana de minas. Poseía un talento poco común que le permitió hablar con fluidez ocho idiomas, entre ellos el español.
Realiza sus dos primeros viajes, que fueron el preludio de su fama: una expedición geológica por el Rin y otra a través de Bélgica, Holanda, Inglaterra y Francia; publica su primer trabajo-Florae fribergensis subterraneas exhibens-cuyo tema abordaba la flora subterránea. Tras la muerte de su madre a finales de 1796, Humboldt recibe una cuantiosa herencia, que le asegura autonomía financiera para realizar su sueño de explorar el mundo como investigador y viajero. Es importante señalar que jamás acepto dinero de gobierno alguno para evitar que sus investigaciones se supeditaran a fines secundarios como el comercio y explotación de plantas y minerales. En 1798 viaja a Jena-ciudad alemana famosa por su importante industria óptica-, Dresden-capital del estado federado de Sajonia, en Alemania-, Viena, Salzburgo-cuarta ciudad de Austria- y París. Es en ésta última ciudad en donde conoce al talentoso botánico y cirujano francés médico Aimé Jacques Alexandre Goujard Bonpland con quien se asocia en sus planes de viaje: Una expedición al Nilo, en el norte de África se ve truncada por la campaña en Egipto de Napoleón; y un viaje a las Indias Occidentales no puede realizarse por el bloqueo naval británico. Humboldt y Bonpland se dirigen en 1798 a Marsella, esperando embarcar al África, pero lo impide la guerra entre Francia y los berberiscos-etnia originaria del norte del valle del Nilo que los griegos llamaban libios; los romanos mauritanos y los europeos medievales moros-, por lo que parten a España con la esperanza de salir desde Cartagena bajo pabellón español.
Las dificultades los obligan a cambiar de planes, por lo que en febrero de 1799 se dirigen a Madrid, con el objeto de pedir permiso al Rey Carlos IV para viajar a las colonias españolas en América, durante la audiencia, el rey queda sorprendido por el buen dominio del español, del políglota Humboldt . La corte de Aranjuez les concede un amplio pasaporte para viajar al Nuevo Continente y a las Filipinas-con el compromiso de coleccionar piedras y plantas para los gabinetes naturales de Madrid-; por lo que el 5 de junio, zarpan del puerto gallego de La Coruña en la fragata española “Pizarro” en un viaje sin precedentes que duró cinco años, cuando regresan a Europa por Burdeos el 1 de agosto de 1804, después de recorrer los estados actuales de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México, Cuba y Estados Unidos. Lo novedoso del viaje por los dos hemisferios, el más grande jamás emprendido por un particular, estribaba en el hecho de ser exclusivamente de investigación científica con financiación privada y no un viaje de exploración que obedecía a intereses políticos de expansión como se acostumbraba hasta entonces.
Recorrieron diez mil kilómetros en tres grandes etapas continentales. Las dos primeras en Sudamérica, desde Cumaná y Caracas, hasta las fuentes del Orinoco y desde Bogotá a Quito por la región Andina, y la tercera por las colonias españolas en México.
La travesía por el Atlántico se prolongó durante 40 días, incluyendo una escala en las Islas Canarias, que aprovecharon los viajeros para realizar una excursión al Pico del Teide en Tenerife-3178 metros de altura-y efectuar otros estudios locales.

La primera etapa del viaje-de un año cuatro meses- tenía como destino la Isla de Cuba, pero una epidemia a bordo de tifus, obliga al capitán a dirigirse el puerto más cercano; así a los 30 años toca tierra firme americana, llegando el 16 de julio de 1799 a Cumaná-la primera ciudad fundada por los españoles en el continente americano-a donde fascinados por las bellezas de la costa deciden adentrarse en el país, casi dos meses después de permanecer en Cumaná-en ese momento capital de Nueva Andalucía, una de las seis divisiones administrativas de la Capitanía General de Venezuela-,llegan al Valle de Caripe donde visitan la famosa Cueva del Guácharo-ave fotofóbica, Steatornis caripensis, que significa “ave grasosa de Caripe”-; siguieron a Cariaco, embarcándose de nuevo hacia Cumaná, con destino a la Guaira, previa escala en Higuerote, emprendiendo marcha hacia Caracas-Bonpland lo hizo por tierra desde Higuerote-, donde permanecieron dos meses, efectuando la primera excursión científica a la silla del Ávila. Parten hacia los valles del Tuy y Aragua, desde allí se dirigen a los llanos centrales pasando por Atabapo y Calabozo-donde realizó experimentos con los peces eléctricos temblador (gimnotos)-, arribando el 27 de marzo de 1800 a San Fernando de Apure, punto de partida para el viaje fluvial por los ríos Orinoco, Apure, Atabapo y Negro. Exploran el Orinoco y sus afluentes, visitando Angostura, Nueva Barcelona y nuevamente Cumaná-en un viaje fluvial de casi 2000 kilómetros-; el 24 de noviembre de 1800, Humboldt y Bonpland abandonan definitivamente Venezuela con destino a Cuba, terminando su recorrido por el territorio venezolano en donde hicieron todo tipo de registros, desde las condiciones de los esclavos negros, los cambios experimentados por el lago de Valencia, recolección y clasificación de infinidad de plantas y animales, hasta observaciones astronómicas, incluidos un eclipse solar y una gran lluvia de meteoritos.
En Cuba estudian la Isla durante dos meses, esperando continuar el viaje para explorar la costa oeste de Norteamérica, hasta los lagos canadienses, luego volver hacia el sur por Ohio y el Missisippi, y regresar a Europa por México, Filipinas y las Indias Orientales. Abandonaron su idea de Norteamérica para incorporarse a la expedición mundial de capitán Baudin que atracaría en Lima, por lo que el 8 de marzo salieron hacia Cartagena con el objetivo de dirigirse posteriormente a Perú. Sin embargo, las condiciones climáticas los obligaron a seguir la ruta de los Andes que les tomó, finalmente, dos años, luchando contra la naturaleza hostil, viajando en mulas en condiciones laboriosas, coleccionando y estudiando plantas, animales y rocas; además transportando pesados y delicados instrumentos de medición.
Remontaron el río Magdalena, pasaron por Ibagué y Cartago, llegando el 6 de julio a la ciudad de Santa Fe de Bogotá del Virreinato de Nueva Granada. Recorrieron los montes de Monserrate y Guadalupe, el salto de Tequendama, la Laguna de Guatavita y las minas de sal de Zipaquirá, pasan por Popayán, y Pasto-donde explora el Galeras-dejando Colombia en diciembre de 1801.
Incursiona en Ecuador por Ibarra hasta llegar a Quito, explorando varios volcanes, entre ellos el famoso Chimborazo, permaneciendo en ese país un año. En Perú estudia la corriente oceánica que lleva su nombre y hace estudios sobre el desarrollo de las culturas indígenas. La intensidad de su correspondencia, los herbarios y las muestras geológicas que envía a Europa hace que su fama crezca a gran velocidad, por el mérito científico y por lo aventurado de su viaje.
Luego de recorrer Lima, salen del puerto del Callao, regresan a Guayaquil, Ecuador para embarcarse rumbo a México, llegando a principios de 1803; la belleza del virreinato y la hospitalidad de sus habitantes les lleva a permanecer un año en el país. Visitaron los centros de minería de Taxco, Real del Monte y Guanajuato. Recolecta minerales, clasifica plantas, mide alturas y con un acceso completo y sin precedentes a los archivos del virreinato realiza un tratado de geografía política: Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España. Después de permanecer un tiempo en Jalapa, se embarcan en Veracruz, el 7 de marzo de 1804, hacia La Habana, para seguir a Filadelfia en los Estados Unidos, visita a Washington en donde lo recibe el presidente Jefferson y después de cinco años de viaje regresa a Europa, llegando a Burdeos el 3 de agosto; con su material científico llega a París-mas de sesenta mil plantas, bocetos de mapas, muestras geológicas y folios de datos geográficos-y es recibido y celebrado por diez mil personas, cuando aún no había cumplido treinta y cinco años de edad.

Viaja a Italia para encontrarse con su hermano Wilheim; se radica en París durante más de 20 años para continuar la elaboración de su obra enciclopédica: "Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente", aparecida en francés, en 30 volúmenes, entre 1816 y 1831. Realiza una expedición a Rusia y Siberia e inicia la redacción de su obra Cosmos, en la que condensa todos sus conocimientos geográficos. Sus últimos años los ocupa en la docencia y las labores diplomáticas que le correspondían como Chambelán del rey.
Casi con noventa años, muere en su castillo de Tegel de Berlín, Alemania el 6 de mayo de 1859, tras haber recorrido el denodado camino del éxito, dejando un legado de saber universal y enciclopédico de todas las ciencias naturales; en contraparte recibió toda clase de honores y reconocimientos como dar su nombre a especies de plantas y animales; elementos geográficos-glaciares, canales, picos, ríos, lagos, pantanos, cordilleras-;parques nacionales, monumentos y reservas naturales; condados, ciudades, pueblos y caseríos; buques; instituciones; universidades y hasta cuerpos espaciales.

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