“Mi mente es la llave que me libera”
Un ilusionista, prestidigitador o mago es un individuo que realiza juegos de magia, creando ilusiones en uno o más de los sentidos y la mente, haciendo parecer realidad lo imposible. Esta profesión ganó prestigio durante el siglo XVIII, y fue pasando por diversas modas hasta convertirse en una de las formas más populares de entretenimiento.
El que a la postre sería el ilusionista más célebre de todos los tiempos, nació en el seno de una familia judía en 1874, en la ciudad de Budapest, Hungría con el nombre de Ehrich Weisz Steiner. A los cuatro años de edad su padre Mayer Samuel Weisz y su entrañable madre Cecilia Steiner Weiss emigraron a los Estados Unidos, llevándolo a Appleton, Wisconsin en donde su padre ejerció de rabino de una congregación. Cuando se completó la familia tenía cuatro hermanos y una hermana: Theodore, Leopold, Natham, William y Carrie. En su casa solo oyó hablar el yidish-idioma judeoalemán hablado en Europa Central por los ashkenazis-, el húngaro y en el entorno familiar más amplio el alemán.
Empezó a trabajar desde muy pequeño, pues su familia padecía del doble reto de ser inmigrantes y estar inmersos en la depresión económica de principios del siglo XX; a los ocho años vendía periódicos y lustraba zapatos en las calles. Cuando tenía nueve años, su padre lo llevó a ver al Dr. Lynn, un mago viajero que acaparó su atención, formando con sus amigos un pequeño circo, donde el actuaría por primera vez con el nombre de “Erich, The Prince of the Air”, actuando como contorsionista y trapecista. A los doce años abandona a su familia en busca de mejores oportunidades en un esfuerzo por apoyarles económicamente, viajando por el país, aproximadamente por un año.
A los 13 años se reencuentra con su familia que se había mudado a Nueva York, en donde él practicaría labores de mensajero y costurero en una tienda de modas. Sus primeros encuentros con el mundo de la magia serían en pequeñas compañías ambulantes de teatro bajo el sobrenombre de “Eric Primero el Grande”; utilizaba su tiempo libre para estudiar magia y competir en eventos atléticos ganando varios premios en natación gracias a su complexión atlética. Las primeras actividades mágicas del joven Ehrich consistieron en sencillos trucos con cartas y otros números muy básicos, adoptando el nombre de “El Rey de los Naipes”.
En abril de 1891, a los diecisiete años de edad sacrificó su empleo en una fábrica de corbatas y comenzó su carrera como ilusionista; dejó de ser Erich para ser llamado profesionalmente Harry en consideración al gran respeto que sentía por uno de los magos más admirados de finales del siglo XIX y de la historia de la magia; nacido en Erie, Pennsylvania en 1849, de padres inmigrantes alemanes: Harry Kellar (1849-1922) que ostentaba el título de “The Dean Magic”-el Decano de los magos- y “The Most Beloved Magician in the History”-el mago más querido en la historia-.
Su nombre artístico lo completó agregando una i a Houdin en honor a Jean Eugène Robert-Houdin (1805-1871)- relojero que abrió un teatro de magia en París en la década de 1840-, ilusionista francés considerado el padre de la magia moderna, pues se había impresionado vivamente al leer la autobiografía del gran mago autor de los trucos de ilusión “el árbol de naranjas”-llevado al cine como The Illusionist en 2006- y la suspensión etérea. Artísticamente nace así el famosísimo Harry Houdini, la más grande leyenda de la magia.
Si bien empezó como trapecista, se dedicó finalmente a la magia de la que era profesional en todas las ramas, pero más conocido por sus escapismos imposibles. A Houdini como a todo el que empieza en un trabajo, le costo mucho llegar al éxito, ya que no le fue nada fácil, sus cinco primeros años intentó todo tipo de magia y manipulaciones, incluso en 1896 estuvo dispuesto a renunciar, ofreciendo en un periódico anuncios donde ofrecía vender todos sus trucos de magia y secretos por un valor de veinte dólares, afortunadamente nadie se los compró, pues la historia hubiera sido muy diferente.
El mas grande los magos escapistas, en un principio se hacia acompañar en sus actuaciones por Jack Hayman formando “Los Hermanos Houdini” especializados en el “Escape del enrejado”; posteriormente por su hermano Theo-mas tarde conocido como Hardeen-,desarrollando una serie de ilusiones de magia escénica, basadas en el arte del escape. Hardeen fue sustituido por una de las componentes del dúo musical “Las Hermanas Florales”, Wilhelmina Beatrice Rahner, con la que contrajo matrimonio a las dos semanas de haberla conocido en Coney Islands en 1894, lo que causó serios problemas familiares, pues ella profesaba la religión católica. Bess, como él la llamaba, trabajó con él cantando, bailando y ayudándole en algunos números mágicos, entre ellos “La Metamorfosis”, que haría célebre al mago. Sus primeros números serios tuvieron lugar en la ciudad de Scranton, al noreste de Pennsylvania, donde posteriormente se situaría el Museo en su memoria. Juntos viajarían a lo largo de Estados Unidos y parte del mundo-con una estancia europea de cuatro años- durante los siguientes treinta y tres años.
Uno de los escapes clásicos que se asocian con Houdini es la Metamorfosis. El ilusionista era atado e introducido dentro de un saco, a su vez dentro de un baúl todo ello era atado y sujetado con candados; un ayudante subía al baúl, levantaba una cortina e instantáneamente mostraba a un Houdini liberado en el lugar que ocupaba la ayudante; se abría el baúl mostrando a la asistente dentro de la caja asegurada por candados: ambos se habían intercambiado o metamorfoseado con el mejor arte de la magia. Se suele considerar a Houdini el mejor escapista de todos los tiempos, las habilidades para liberarse de ataduras con cuerdas, cadenas, camisas de fuerza, candados, barriles, cajas, baúles, bidones, bolsas, sacos, ataúdes, jaulas y habitaciones cerradas encantaban al público quien lo conocía por el “Rey de las Esposas”. Uno de sus grandes éxitos fue la “Aguja Mágica”, un efecto que lograba a través de la ingestión de docenas de agujas e hilo, para luego regurgitar todas las agujas atadas a lo largo del hilo, este truco lo ejecutó a lo largo de todas su vida.
Otro de sus núumeros grandiosos fue la “Cámara de Tortura China”, un enorme acuario donde era sumergido, colgado boca abajo por los pies, y de donde escapaba al cabo de unos interminables minutos. Uno de los actos mas impresionantes y el que más espectadores obtuvo fue el acto de “Caída al Vacío” más conocido como “Shock in the Air”, el cual consistía en realizar una caída libre pies arriba sin ningún medio de protección, realizando un salto desde lo más alto del Empire State. Este acto solo se realizó una vez dado su alta complejidad técnica. Un acto que casi le costo la vida fue el espectáculo del “bidón de leche” en el que contenía la respiración hasta por tres minutos. En general sus hazañas no eran trucos, sino resultado de su fuerza física, habilidad y técnica depurada.
A mediados de octubre de 1926 inició una temporada en el teatro Princess en Montreal, Canadá que incluía una conferencia sobre fenómenos psíquicos y espiritismo en la Universidad Mc Grill, invitando a los estudiantes a visitarlo en el teatro. Un estudiante, estrella del boxeo en la Universidad, preguntó si tendría el privilegio de golpear a Houdini en el abdomen, Houdini que se encontraba sentado aceptó el reto, recibiendo un golpe inesperado cuando no había terminado de levantarse y no estaba preparado para resistir tal impacto. Todavía al día siguiente, cumplió con sus presentaciones de la mañana y tarde; a pesar que su condición empeoraba, abordó el tren a Detroit, Michigan, donde arribó con severa fiebre y dolor abdominal, no obstante cumplió satisfactoriamente con la función nocturna del lunes 24 de octubre, esa fue su última actuación. Houdini se desmayó y fue llevado al hospital Grace donde en la cirugía encontraron el apéndice engangrenado.
Muere prematuramente de peritonitis, a la edad de 52 años, el 31 de octubre de 1926-el día de Halloween-, siendo enterrado en el cementerio judío Machpelah, heredando a Bessie Houdini-con la que no tuvo hijos-medio millón de dólares y al mundo una colorida leyenda matizada de emoción, valor y misterio.
El Gran Houdini recorrió el denodado camino del éxito: Como artista hizo de la magia un arte, rodó varias películas, fue estrella de cine y productor; como persona trabajaba incansablemente 18 horas al día, mantenía una magnífica condición física y permanentemente se actualizaba leyendo todo lo disponible sobre magia; económicamente del día a la noche, se transformo de un modesto artista, que ganaba 18 dólares por semana, en una celebridad con honorarios superiores a 2000 dólares semanales, cantidad muy significativa en la primera mitad del siglo XX. Es tradición de los magos celebrar sesiones en las que se invoca al espíritu de Houdini cada 31 de octubre; a casi 85 años después de su muerte aún se siguen escribiendo historias sobre él, despertando misterio y admiración, pues muchos de sus números no han podido aún ser desentrañados y mucho menos superados. Houdini llevó su arte hasta el límite de lo místico, gracias a su inteligencia, perseverancia y dones físicos.
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