Capital
de la República Popular China, con cerca de veinte millones de habitantes,
representa el corazón cultural, político y social de China.
Con el cansancio del viaje y bajo el tórrido sol de verano, llegamos a uno de los lugares más emblemáticos de Beijing, símbolo de la nueva China; La Plaza Tiananmen (Puerta de la Paz Celestial), que se ubica como centro geográfico y político de la capital china, una de las más grandes del mundo (440 000 metros cuadrados), desde donde, a través de la Puerta Celestial se accede a la Ciudad Prohibida, encontrando el mausoleo de Mao Zedong, el Gran Palacio del Pueblo, y edificios gubernamentales de estilo soviético.
Visitamos la
maravillosa y espléndida Ciudad Prohibida (recibió tal nombre porque nadie
podía entrar o salir del palacio sin el permiso del emperador); que fue palacio imperial (de madera y mármol) durante casi 500 años, desde la dinastía Ming
hasta el final de dinastía Qing, siendo hogar de 24 emperadores-catorce
de la dinastía Ming y diez de la dinastía Qing-.
La Ciudad Prohibida, que alberga 980 edificios y ocupa 72 hectáreas, siendo el mayor complejo
palacial superviviente del mundo.
La Ciudad Prohibida está rodeada por
una muralla de 7,9 metros de altura y un foso lleno de agua de 6 metros de
profundidad por 52 m de ancho.
Más tarde disfrutamos de la Opera
de Pekín, una manifestación de la cultura china.
Cerca del hotel, caminando
por esas interminables calles con Isela, Rosi, Margarita y Tati, cruzando
bellos parques en donde había muchos jóvenes haciendo ejercicio (a los que se
sumó Cucú) llegamos muy cerca del Estadio Olímpico o “nido de pájaro”, pista principal de las Olimpiadas de Beijing en 2008 y uno de
los mayores símbolos del nuevo Beijing, que fue diseñado por una firma suiza.
También estuvimos casi al lado del Centro Nacional de Natación, conocido
también como “el cubo” cuya iluminación quedó a cargo de una firma australiana.
A 50 kilómetros de Beijing se encuentra la tumba de 13 emperadores (con emperatrices, cortesanos y concubinas), esta necrópolis, de más de 40 km². se llama Tumbas de la Dinastía Ming, cuya entrada inicia la Vía Sagrada, un paseo de 6.4 Km. rodeado de esculturas realizadas en mármol; de ahí se accede a la Avenida de los Animales y al final a la tumba de los emperadores.
A 50 kilómetros de Beijing se encuentra la tumba de 13 emperadores (con emperatrices, cortesanos y concubinas), esta necrópolis, de más de 40 km². se llama Tumbas de la Dinastía Ming, cuya entrada inicia la Vía Sagrada, un paseo de 6.4 Km. rodeado de esculturas realizadas en mármol; de ahí se accede a la Avenida de los Animales y al final a la tumba de los emperadores.
Uno de los paseos estelares, y visita obligatoria para todo turista es admirar la Gran Muralla China, maravilla del mundo; fortificación construida entre el siglo V a.c. y el siglo XVI para proteger la frontera norte del antiguo imperio Chino, de las invasiones de los mongoles y los manchús. Aunque solo se conserva un 30% de la construcción, en su mejor momento, entre ramificaciones y construcciones secundarias llego a medir cerca de 21000 kilómetros, que se extendían desde la frontera con Corea, hasta el desierto de Gobi. Nuestra excursión fue a un punto llamado Badaling, que es una de las secciones mejor conservada y a la cual se accede por medio de un cómodo teleférico. Por supuesto no podía faltar un banquete de auténtica comida china.
No podíamos irnos sin visitar el Templo del Cielo, situado en el parque
Gongyuan, al sur de la ciudad de Beijing. Se complejo de edificios taoístas
para las ceremonias anuales de oración por la buena cosecha, el mayor templo de
su clase en toda la República Popular China. Destaca un edificio circular de 30
metros de diámetro y 38 metros de altura, con tres terrazas de mármol blanco y
28 pilares de madera, sin utilizar ninguna viga y el pabellón de la oración
para orar por las cosechas en primavera y dar las gracias al cielo por lo frutos
obtenidos en otoño.
Arribamos al Palacio de Verano, parque, con jardín imperial,
situado a 12 kilómetros del centro de Beijing, a orillas del lago Kunming, con
una extensión de 300 hectáreas. Caminamos por el Gran Corredor, pasillo techado
de más 750 metros de longitud, que discurre a orillas de lago, en donde Cucú se
retrata con nuestras amigas de Cuernavaca: Vera y Francelia. Nos llamó la
atención observar a un artista practicando la caligrafía, utilizando un gran
pincel que mojaba en agua, a fin de ahorrar papel.
En un tren Z9, de mediana velocidad, desde la Estación Sur de Beijing, tomamos
el tren a Hangzhou a donde llegamos después de 17 horas de viaje. Gracias a la amabilidad de Artemisa y Héctor,
jóvenes casi acróbatas, pudimos dormir en la litera baja en tanto que ellos lo
hacían en la alta. Ilustramos los baños chinos del tren que Cucú pronto dominó.
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