Imagen: Fotos del Autor recibiendo reconocimientos en Honduras, uno de ellos, una placa en la despedida
A mediados de 1997 recibí una llamada de la subdirectora-del organismo internacional de salud en el que trabajaba- en la que me comunicaba mi cambio de Colombia a la República Dominicana-que lejos estaba en ese momento de imaginar que tendría tres hermosos nietos dominicanos-; pero en una reunión de Guatemala, un maquiavélico personaje-acostumbrado a manejar los recursos humanos como piezas de ajedrez-, me anunció, sin consulta previa y con carácter de irrevocable, que mi siguiente destino institucional era la República de Honduras.
Mi malestar no era por ir a Centroamérica, mi enojo era por el poco respeto profesional de aquellos que interponían sus intereses personales a los institucionales-que deberían ser prioritarios- pero también me alimentaba cierta ansiedad el hecho que Honduras era uno de los dos países latinoamericanos que hasta ese momento no había tenido nunca oportunidad de visitar-el otro era Paraguay-; por tanto no tenía una referencia objetiva del lugar.
Mi malestar no era por ir a Centroamérica, mi enojo era por el poco respeto profesional de aquellos que interponían sus intereses personales a los institucionales-que deberían ser prioritarios- pero también me alimentaba cierta ansiedad el hecho que Honduras era uno de los dos países latinoamericanos que hasta ese momento no había tenido nunca oportunidad de visitar-el otro era Paraguay-; por tanto no tenía una referencia objetiva del lugar.
En noviembre del mismo año-1997-hice una visita de reconocimiento, partiendo de Bogotá, Colombia, con breve escala en el aeropuerto de San Pedro Sula-que me causó la mejor de las impresiones- y con estancia de tres días en Tegucigalpa, capital del País, en donde pude apreciar que si bien las condiciones de vida de la mayoría de la población son precarias, las que privaban para los que trabajábamos en Organismos de Cooperación Técnica eran muy propicias. Un hecho curioso, buscando casa encontré una muy buena, su dirección: Sendero de Madreados-árboles que se utilizan para hacer cercos y que un periodista llamó los "cercos vivientes de Honduras"-. Para los que no lo sepan, el término “madreado” en México significa algo así como “golpeados inmisericordemente”.
En enero de 1998 inicié la que sería mi más larga estancia en un país durante mi vida en la cooperación internacional; encontré un muy buen lugar para vivir, a menos de una cuadra de las flamantes oficinas de la Representación. Las condiciones óptimas, una buena gerencia y un ambiente laboral armónico. El equipo de trabajo inmejorable: Un economista colombiano brillante; un inteligente epidemiólogo guatemalteco promisorio; y un ingeniero mexicano norteño, que aunaba a su gran capacidad profesional, en materia ambiental, un sentido del humor extraordinario-mejoraba el ambiente en todas las dimensiones posibles-. El apoyo secretarial excelente-mi secretaria demostró con el tiempo, que era una extraordinaria secretaria jefe-.Pero todo se acaba, y como sucede con la violencia intrafamiliar-que la ejercen aquellos que provienen de hogares conflictivos-el gerente terminó replicando las condiciones de represión, autoritarismo e intolerancia, que había sufrido en su país.
Respecto a la cooperación técnica, fue como viajar en el túnel del tiempo y de la reforma colombiana regresamos a los mejores momentos de la Atención Primaria en Salud. Cuando llegué al país finalizaba la gestión de un gobierno cuyo eje de modernización y reforma en el Sector Salud lo constituía el Proyecto Acceso, con el cambio de gobierno cambió el Secretario de Salud-Ministro-quien solicitó apoyo en temas tales como: papel rector del Ministerio de Salud, conducción sectorial, fortalecimiento gerencial hospitalario, garantía y mejoramiento de la calidad, sistemas de información de gestión, departamentalización, supervisión, monitoreo y evaluación; materias que se consideraron en la elaboración de la Nueva Agenda en Salud, documento de política en salud del nuevo gobierno, cuya publicación estuvo a cargo de Servicios de Salud.
Las áreas de cooperación técnica identificadas fueron: Desarrollo del Sistema Nacional de Salud, Laboratorios y Bancos de Sangre, Mantenimiento, Medicamentos, Radioprotección, Recursos Humanos para la Salud, Rehabilitación, Salud Oral y Salud de los Pueblos Indígenas, enmarcadas en las Orientaciones Estratégicas y Programáticas, que particularmente en el caso de Desarrollo de los Sistemas y Servicios de Salud, se concretaba en apoyar los Procesos de Reforma Sectorial, mediante análisis, formulación de políticas, implementación y evaluación de programas de reforma sectorial, a fin de fortalecer la capacidad rectora sectorial, la organización de servicios de salud y el financiamiento de las acciones del sector. Incorporando, a partir de mayo de 1998, como contraparte al Instituto Hondureño de Seguridad Social.
A finales de octubre del 98, Honduras fue flagelada por el considerado mayor desastre de su historia: el huracán Mitch, orientando la cooperación técnica a la evaluación preliminar de daños-directos e indirectos- (con diagnóstico in situ de 1101 Unidades, 115 dañadas y 8 destruidas), y a la elaboración y publicación de un plan emergencial.
Como en Centroamérica la vida media en el cargo de un ministro de salud es de menos de dos años, en el primer bimestre de 1999, hubo un relevo ministerial, asumiendo un nuevo Secretario de Salud, por lo que la OPS ajustó la cooperación técnica a las circunstancias prevalecientes; participando intensamente en la elaboración, publicación y difusión de los lineamientos de políticas 1999-2001 "Transformación del sector salud en la reconstrucción nacional". Cabe señalar que los documentos más importantes de política sectorial, se elaboraron en la computadora del consultor de Servicios de Salud. El Secretario de Salud entrante, un prestigiado nefrólogo, pero sobre todo un caballero cabal, fue con el que tuve la fortuna de trabajar estrechamente, máxime que habíamos sido compañeros de un curso en Santa Cruz, California.
Se apoyó a la Secretaría de Salud en la elaboración del Plan Maestro de Inversión en Salud (PMIS), a fin de jerarquizar su cartera de proyectos; en el diseño y aplicación del Curso de Capacitación Gerencial en Hospitales; en actividades de fortalecimiento hospitalario, que incluyeron garantía y promoción de calidad; así como auditoria médica; y en las reuniones de directores regionales. Otros elementos en la cooperación fueron la política nacional de medicamentos, el Programa Nacional de Sangre, la intercomparación postal radiológica, la dosimetría personal, la braquiterapia y la capacitación de los profesionales microbiólogos en gerencia de salud.
Una oportunidad inigualable que recibí fue participar en 1999 en el Curso Internacional de Gestión de los Sistemas Sanitarios en la Escuela Andaluza de Salud Pública en Granada, España.
Cuatro fueron los procesos básicos de la cooperación técnica en Sistemas y Servicios de Salud: Participación interagencial en el diseño de la Reforma Sectorial-fortalecimiento de la rectoría, acceso equitativo-; Regulación Sanitaria-política de medicamentos, vigilancia farmacéutica-; Armonización de las Funciones esenciales de la Salud Pública-desarrollo de la Unidad de Planeación (UPEG) y Extensión de la Protección Social- y Mejoramiento de la Gestión Hospitalaria-Curso amplio de Gerencia, Medicina Basada en la Evidencia, Unidades de gestión Clínica-.
Nuestro principal producto fue la cooperación técnica, transfiriendo conocimientos y experiencias a través del apoyo de políticas, planes y normas institucionales; la movilización de recursos; la diseminación de la información, el adiestramiento y la cooperación técnica directa-catalizando y complementando, pero nunca sustituyendo esfuerzos-. Empleando el diálogo para llegar al conocimiento
El país contaba entonces con 5269 médicos-2453 registrados en la práctica privada-y 1306 odontólogos; estimando 8.3 médicos y 1.7 odontólogos por diez mil habitantes; 2.6 enfermeras por 1000 habitantes. En Honduras, con nueve etnias-con mas de 600 000 habitantes indíigenas- se destinaba a salud el 5.6% del producto interno bruto (PIB) que representaba tan solo 33 dólares per cápita; 10% del gasto en salud provenía de la Cooperación Externa. Entre los principales problemas en Conducción destacaban la necesidad de efectuar una reingeniería de la estructura central de la Secretaría de Salud y normalizar la regulación; en Gerencia era urgente la capacitación gerencial de los mandos medios; en tanto que en la Operación se requería el Fortalecimiento del Primer Nivel de Atención, la Garantía de Calidad con atención basada en la evidencia, protocolos clínicos y administrativos; el rediseño territorial respetando la división política, la revisión de procedimientos hospitalarios, la implementación de la atención pre-hospitalaria; la mejoría de la red de urgencias; la incorporación de sistemas de información gerencial; mejorar la conservación y el mantenimiento y el suministro adecuado de medicamentos esenciales.
Para emprender tan titánica lucha, el país contaba-como flores en el pantano-, con una pléyade de técnicos extraordinarios con amor a su país, pero colocados estratégicamente a lo largo y ancho del ámbito institucional y de la cooperación técnica, también había-como diría José Joaquín Fernández de Lizardi en “El Periquillo Sarniento”-, una runfla de “felones, malandrines y fementidos” que impedían, obstaculizaban o contrariaban todo progreso. Unas veces actuaban por sectarismo político casi fanático, adversando los liberales a los nacionalistas y viceversa. Recuerdo a un gran hombre, un activo valiosísimo para Honduras, que por ser del partido contrario al que gobernaba, estuvo confinando a un rincón del ministerio-un derroche en la miseria-; cuando por fin lo reciclaron-ya muy tarde por cierto-, tuvo una muerte violenta en un accidente de tránsito.
Por otro lado, de nuestra parte, padecimos una segunda etapa gerencial en todos los tonos de gris, enmarcada en políticas medievales del más alto mando; con instrumentos de planificación lineales alejados de la realidad; ausencia de liderazgo técnico y administrativo, así como un maniqueísmo insoportable.
Como puede observarse en las diversas actividades descritas, no obstante que cambian los actores, los contenidos, las circunstancias y los escenarios; en esencia es el mismo esquema y el mismo espíritu: lograr el empoderamiento del grupo a través de aproximaciones sucesivas, con un costo económico indirecto, no necesariamente reflejado en los instrumentos oficiales de programación de la institución, en donde se invierte poco dinero, pero mucho tiempo (ya contratado).
El mes de marzo de 2004, dejé Honduras, pienso que con balance positivo, una gran enseñanza, y un privilegio trabajar con personas como las que aparecen en la portada, solicitando una disculpa a tantas que omito involuntariamente. En la foto superior(2002), de izquierda a derecha: Dr. Manuel Gamero-Director de Hospitales de la Secretaría de Salud-, Ing. José Rubén Gómez-Director de Salud Ambiental SS-, Lic. María Luisa Matute-Jefe de Laboratorio Central SS-entregándome un diploma; en la foto inferior (2004), de izquierda a derecha: Dr. Heladio Uclés-Técnico de la UPEG- y Dra. Ana Lucila Estrada-Directora de Planificación- entregándome una placa de reconocimiento.
En enero de 1998 inicié la que sería mi más larga estancia en un país durante mi vida en la cooperación internacional; encontré un muy buen lugar para vivir, a menos de una cuadra de las flamantes oficinas de la Representación. Las condiciones óptimas, una buena gerencia y un ambiente laboral armónico. El equipo de trabajo inmejorable: Un economista colombiano brillante; un inteligente epidemiólogo guatemalteco promisorio; y un ingeniero mexicano norteño, que aunaba a su gran capacidad profesional, en materia ambiental, un sentido del humor extraordinario-mejoraba el ambiente en todas las dimensiones posibles-. El apoyo secretarial excelente-mi secretaria demostró con el tiempo, que era una extraordinaria secretaria jefe-.Pero todo se acaba, y como sucede con la violencia intrafamiliar-que la ejercen aquellos que provienen de hogares conflictivos-el gerente terminó replicando las condiciones de represión, autoritarismo e intolerancia, que había sufrido en su país.
Respecto a la cooperación técnica, fue como viajar en el túnel del tiempo y de la reforma colombiana regresamos a los mejores momentos de la Atención Primaria en Salud. Cuando llegué al país finalizaba la gestión de un gobierno cuyo eje de modernización y reforma en el Sector Salud lo constituía el Proyecto Acceso, con el cambio de gobierno cambió el Secretario de Salud-Ministro-quien solicitó apoyo en temas tales como: papel rector del Ministerio de Salud, conducción sectorial, fortalecimiento gerencial hospitalario, garantía y mejoramiento de la calidad, sistemas de información de gestión, departamentalización, supervisión, monitoreo y evaluación; materias que se consideraron en la elaboración de la Nueva Agenda en Salud, documento de política en salud del nuevo gobierno, cuya publicación estuvo a cargo de Servicios de Salud.
Las áreas de cooperación técnica identificadas fueron: Desarrollo del Sistema Nacional de Salud, Laboratorios y Bancos de Sangre, Mantenimiento, Medicamentos, Radioprotección, Recursos Humanos para la Salud, Rehabilitación, Salud Oral y Salud de los Pueblos Indígenas, enmarcadas en las Orientaciones Estratégicas y Programáticas, que particularmente en el caso de Desarrollo de los Sistemas y Servicios de Salud, se concretaba en apoyar los Procesos de Reforma Sectorial, mediante análisis, formulación de políticas, implementación y evaluación de programas de reforma sectorial, a fin de fortalecer la capacidad rectora sectorial, la organización de servicios de salud y el financiamiento de las acciones del sector. Incorporando, a partir de mayo de 1998, como contraparte al Instituto Hondureño de Seguridad Social.
A finales de octubre del 98, Honduras fue flagelada por el considerado mayor desastre de su historia: el huracán Mitch, orientando la cooperación técnica a la evaluación preliminar de daños-directos e indirectos- (con diagnóstico in situ de 1101 Unidades, 115 dañadas y 8 destruidas), y a la elaboración y publicación de un plan emergencial.
Como en Centroamérica la vida media en el cargo de un ministro de salud es de menos de dos años, en el primer bimestre de 1999, hubo un relevo ministerial, asumiendo un nuevo Secretario de Salud, por lo que la OPS ajustó la cooperación técnica a las circunstancias prevalecientes; participando intensamente en la elaboración, publicación y difusión de los lineamientos de políticas 1999-2001 "Transformación del sector salud en la reconstrucción nacional". Cabe señalar que los documentos más importantes de política sectorial, se elaboraron en la computadora del consultor de Servicios de Salud. El Secretario de Salud entrante, un prestigiado nefrólogo, pero sobre todo un caballero cabal, fue con el que tuve la fortuna de trabajar estrechamente, máxime que habíamos sido compañeros de un curso en Santa Cruz, California.
Se apoyó a la Secretaría de Salud en la elaboración del Plan Maestro de Inversión en Salud (PMIS), a fin de jerarquizar su cartera de proyectos; en el diseño y aplicación del Curso de Capacitación Gerencial en Hospitales; en actividades de fortalecimiento hospitalario, que incluyeron garantía y promoción de calidad; así como auditoria médica; y en las reuniones de directores regionales. Otros elementos en la cooperación fueron la política nacional de medicamentos, el Programa Nacional de Sangre, la intercomparación postal radiológica, la dosimetría personal, la braquiterapia y la capacitación de los profesionales microbiólogos en gerencia de salud.
Una oportunidad inigualable que recibí fue participar en 1999 en el Curso Internacional de Gestión de los Sistemas Sanitarios en la Escuela Andaluza de Salud Pública en Granada, España.
Cuatro fueron los procesos básicos de la cooperación técnica en Sistemas y Servicios de Salud: Participación interagencial en el diseño de la Reforma Sectorial-fortalecimiento de la rectoría, acceso equitativo-; Regulación Sanitaria-política de medicamentos, vigilancia farmacéutica-; Armonización de las Funciones esenciales de la Salud Pública-desarrollo de la Unidad de Planeación (UPEG) y Extensión de la Protección Social- y Mejoramiento de la Gestión Hospitalaria-Curso amplio de Gerencia, Medicina Basada en la Evidencia, Unidades de gestión Clínica-.
Nuestro principal producto fue la cooperación técnica, transfiriendo conocimientos y experiencias a través del apoyo de políticas, planes y normas institucionales; la movilización de recursos; la diseminación de la información, el adiestramiento y la cooperación técnica directa-catalizando y complementando, pero nunca sustituyendo esfuerzos-. Empleando el diálogo para llegar al conocimiento
El país contaba entonces con 5269 médicos-2453 registrados en la práctica privada-y 1306 odontólogos; estimando 8.3 médicos y 1.7 odontólogos por diez mil habitantes; 2.6 enfermeras por 1000 habitantes. En Honduras, con nueve etnias-con mas de 600 000 habitantes indíigenas- se destinaba a salud el 5.6% del producto interno bruto (PIB) que representaba tan solo 33 dólares per cápita; 10% del gasto en salud provenía de la Cooperación Externa. Entre los principales problemas en Conducción destacaban la necesidad de efectuar una reingeniería de la estructura central de la Secretaría de Salud y normalizar la regulación; en Gerencia era urgente la capacitación gerencial de los mandos medios; en tanto que en la Operación se requería el Fortalecimiento del Primer Nivel de Atención, la Garantía de Calidad con atención basada en la evidencia, protocolos clínicos y administrativos; el rediseño territorial respetando la división política, la revisión de procedimientos hospitalarios, la implementación de la atención pre-hospitalaria; la mejoría de la red de urgencias; la incorporación de sistemas de información gerencial; mejorar la conservación y el mantenimiento y el suministro adecuado de medicamentos esenciales.
Para emprender tan titánica lucha, el país contaba-como flores en el pantano-, con una pléyade de técnicos extraordinarios con amor a su país, pero colocados estratégicamente a lo largo y ancho del ámbito institucional y de la cooperación técnica, también había-como diría José Joaquín Fernández de Lizardi en “El Periquillo Sarniento”-, una runfla de “felones, malandrines y fementidos” que impedían, obstaculizaban o contrariaban todo progreso. Unas veces actuaban por sectarismo político casi fanático, adversando los liberales a los nacionalistas y viceversa. Recuerdo a un gran hombre, un activo valiosísimo para Honduras, que por ser del partido contrario al que gobernaba, estuvo confinando a un rincón del ministerio-un derroche en la miseria-; cuando por fin lo reciclaron-ya muy tarde por cierto-, tuvo una muerte violenta en un accidente de tránsito.
Por otro lado, de nuestra parte, padecimos una segunda etapa gerencial en todos los tonos de gris, enmarcada en políticas medievales del más alto mando; con instrumentos de planificación lineales alejados de la realidad; ausencia de liderazgo técnico y administrativo, así como un maniqueísmo insoportable.
Como puede observarse en las diversas actividades descritas, no obstante que cambian los actores, los contenidos, las circunstancias y los escenarios; en esencia es el mismo esquema y el mismo espíritu: lograr el empoderamiento del grupo a través de aproximaciones sucesivas, con un costo económico indirecto, no necesariamente reflejado en los instrumentos oficiales de programación de la institución, en donde se invierte poco dinero, pero mucho tiempo (ya contratado).
El mes de marzo de 2004, dejé Honduras, pienso que con balance positivo, una gran enseñanza, y un privilegio trabajar con personas como las que aparecen en la portada, solicitando una disculpa a tantas que omito involuntariamente. En la foto superior(2002), de izquierda a derecha: Dr. Manuel Gamero-Director de Hospitales de la Secretaría de Salud-, Ing. José Rubén Gómez-Director de Salud Ambiental SS-, Lic. María Luisa Matute-Jefe de Laboratorio Central SS-entregándome un diploma; en la foto inferior (2004), de izquierda a derecha: Dr. Heladio Uclés-Técnico de la UPEG- y Dra. Ana Lucila Estrada-Directora de Planificación- entregándome una placa de reconocimiento.
Aunque no está en ninguna de las fotos, envío un mensaje de cariño y gratitud para mi "hija hondureña" Dra. María del Socorro Interiano.
2 comentarios:
Como siempre una capacidad de síntesis increible. Mis respetos y admiración por su trabajo; fue un enorme placer trabajar a su lado y deseo para usted siempre lo mejor!
con su permiso comparto siempre su experiencia.
su mision en Honduras dejo muchas mas huellas de las que se imagina... dicen que cuando las personas no estan....se hechan de menos.... Ud. siempre se le recuerda por su profesionalismo, compromiso..y sensibilidad.
una lagrima!!! pues me hizo volver a vivir.
abrazos
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