“Hay que sembrar el petróleo en la gente”
El realismo mágico, género artístico y literario de mediados del siglo pasado-inicialmente usado en la pintura-, encuentra en uno de los valores mas positivos de la literatura hispanoamericana, un representante desatacado en el venezolano Arturo Uslar Pietri, considerado uno de los intelectuales más importantes del siglo XX en su país.
El escritor, economista y político venezolano, nació en 1906 en Caracas, sus padres fueron el general Arturo Uslar Santamaría-de ascendencia alemana-y Helena Pietri Paúl-descendiente de corsos afincados en el estado Sucre-; el notable pensador fue criado en Maracay, Cagua y Los Teques, antes de estudiar en la Universidad Central de Venezuela en donde a los 23 años de edad alcanza el título de Doctor en Ciencias Políticas y desde 1937 fue profesor de Política Económica de su alma mater y en 1938 figura, al lado de otros catedráticos, entre los fundadores de la Facultad de Economía de la Universidad Central. Posteriormente su integración a la docencia superior en la UCV y en el Instituto Pedagógico Nacional, le granjeó prestigio y simpatía, sobre todo por la brillantez de sus exposiciones sobre literatura venezolana.
Viajero incansable, desde muy joven recorre el mundo-Francia, Bélgica, Inglaterra, Suiza, España, Italia, Marruecos, Egipto, Palestina, Siria y El Líbano-; más tarde, los Estados Unidos-con motivo de su destierro-residenciándose en Nueva York-donde ejerció como profesor de la Universidad de Columbia-y en París, como Embajador Delegado Permanente ante la UNESCO. Su primera estancia en Francia fue como agregado civil en la legación de Venezuela en París-ciudad donde permaneció durante cinco años-. En su periodo parisino maduró literariamente, alternando en tertulias y cafetines de Montparnasse con importantes escritores franceses y latinoamericanos que comenzaban a forjar novedosas herramientas literarias para abarcar con ellas la singularidad histórica y cultural de sus orígenes.
Descendiente de dos presidentes de Venezuela-Carlos Soublette y Juan Pablo Rojas Paúl-y con hondo sentido de responsabilidad histórica y ciudadana, dedica sus esfuerzos a labrarse una trayectoria política: Fue tres veces ministro-Educación, Hacienda y Relaciones Interiores-; ocupó la Secretaría de la Presidencia de la República; diputado a la Asamblea Legislativa y senador en el Congreso Nacional por el Distrito Federal. En 1945 con el derrocamiento del presidente Isaías Medina Angarita, Uslar Pietri fue encarcelado y desterrado-por haber sido uno de los principales colaboradores del presidente-; en 1958 nuevamente es detenido por el dictador Pérez Jiménez.
Como líder político presentó su candidatura a la presidencia de la República en 1963 con el lema “Arturo es el hombre”, pero fue derrotado y lentamente se fue alejando de la vida política.
Su vida literaria comienza desde su edad escolar, publica cuentos en revistas juveniles, colabora con textos en la prensa, frecuenta asiduamente los círculos literarios, traba amistad con escritores, funda revistas, publica su primer libro-Barrabás y otros relatos-y su primera novela-Las Lanzas coloradas-. Su obra inicial fue muy bien acogida y fue el comienzo de una fructífera carrera literaria, que incluyó múltiples reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Literatura-dos veces-, el hispanoamericano Miguel Cervantes, el Premio Heliodoro Valle en México, el Príncipe de Asturias de las Letras en España, la Gran Cruz de la Legión de Honor en Francia, el Premio Internacional Alfonso Reyes y el Premio Rómulo Gallegos.
Su obra narrativa incluye cuentos descriptivos de la vida campesina y novelas históricas: La carrera literaria de Arturo Uslar Pietri comienza Barrabás y otros relatos (1928); Las lanzas coloradas (1931) Red (1936) novela, Adagio (1940) El camino de El Dorado (1947) Treinta hombres y sus sombras (1949) Apuntes para retratos (1952) Valores Humanos (1958)Letras y hombres de Venezuela (1958) Un retrato en la Geografía (1962) El Laberinto de la Fortuna (1962) Estación de Máscaras (1964) Pasos y pasajeros (1967) Las vacas gordas y las vacas flacas (1968) Catorce cuentos (1969) Vistas desde un punto (1971) Moscas, árboles y hombres (1973)Oficio de difuntos (1976 ) La Isla de Robinson (1981) Con la visita en el tiempo obtuvo el premio Rómulo Gallegos de novela (1991).
Destacó en el ensayo americanista, la novela, el cuento y los libros de viajes; como periodista de diarios y de televisión; como político de convicciones democráticas; como intelectual indiscutible; escribió obras teatrales y fue un maestro en toda la extensión del significado. Su obra se debe a la negativa del autor de transmitir mensajes complicados fuera de la estructura didáctica.
En 1936-siete meses después de la muerte del Dictador Gómez-publicó en el periódico Ahora, el que habría de convertirse en su artículo más leído y comentado “Sembrar el petróleo” pidiendo que no se despilfarrara el petróleo y se utilizara en inversiones que favorecieran el desarrollo económico y social de la gente, advirtiendo que cuando declinara el auge de la explotación petrolera, sino se tomaban las pedidas pertinentes, el país desembocaría en una pavorosa catástrofe económica irreversible.
Periodísticamente, desde 1948 comenzó a publicar en el diario caraqueño “El Nacional” la columna “Pizarrón; en 1951 fue designado director del Papel Literario del mismo diario; en 1971 recibió el Premio Nacional de Periodismo y entre 1969 y 1974, sin descuidar su columna semanal, desempeñó con acierto el cargo de Director del prestigioso periódico El Nacional al que mantiene en una línea de eclecticismo y objetividad.
Como productor de televisión, al regresar del destierro se dedica con ahínco a la divulgación de la Historia de Venezuela a través de sus programas de televisión “Valores Humanos” y “Cuéntame a Venezuela”, convirtiéndose en el primer intelectual venezolano que utilizó la TV como medio difusor de la cultura; en 1953-a los pocos meses de haberse establecido la televisión en Venezuela-inició a través de Radio Caracas Televisión, una serie de programas en la que divulgó la vida de numerosos personajes que dejaron profunda huella en la historia y cultura universal.
Desde 1979, al regresar a su país natal desde París, se concentró en el trabajo literario y cultural, alternando con actividades privadas; sorprendiéndole la muerte en 2001, en su casa, ubicada en el sector de la Florida, a los 94 años de edad. Lúcido hasta el último momento, Uslar Pietri no perdió oportunidad de hacer sentir su peso intelectual a la hora de alerta sobre todo tipo de amenaza que acechara su querido país. Su legado: siete novelas, ocho cuentos, cuatro libros de viajes, dos de poesía y dos de Teatro, que le significaron mas de quince premios.
Arturo Uslar Pietri recorrió el denodado camino del éxito, pues si bien fue encarcelado, desterrado y no preferido en una elección presidencial, tuvo un éxito inconmensurable con su labor cultural; los títulos de su columna, Pizarrón y de sus programas televisivos delataban plenamente su inmenso afán didáctico. Su prosa impresionista y rica en recursos ejerció notable influencia en el pensamiento de sus compatriotas y más allá con las numerosas traducciones de su obra a otras lenguas en las que hace conciencia de su universalidad. Respetó con amplitud y tolerancia los puntos contarios al suyo y hasta sus enemigos ideológicos reconocieron siempre, que fue una persona de comprobada honradez.
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