sábado, 17 de noviembre de 2007

ANTAÑO HOGAÑO (20) PATY RIVERA: Resiliensia extrema



La palabra resiliensia, es un anglicismo reciente - de resilience, elasticidad, resisitencia y resilient, fuerte, elástico-, que originalmente en ingeniería se refiere a la propiedad de la materia que se opone a la rotura por el choque o percusión; es el índice de resistencia al choque de un material; la capacidad de un material elástico para adquirir su forma inicial después de someterse a una presión o fuerza que lo deforme; a recuperarse o recobrarse, reaccionando fácilmente ante cualquier fuerza mecánica.


Claro que en este Blog no queremos decir que Paty Rivera está hecha de un material diferente al de todos nosotros, sino que tiene, no solo un optimismo resiliente, sino toda una personalidad resiliente para enfrentar la incertidumbre y las agresiones, ya que tiene un valor agregado para afrontar los procesos adversos.

Es totalmente pertinente aplicarle el concepto de resiliencia humana, que introdujo Michael Rutter en 1978: "La capacidad de un individuo de vivir bien y desarrollarse positivamente, a pesar de las difíciles condiciones de vida, y más aún, de salir fortalecido y transformado por ellas".

Considerando que la adversidad y la incertidumbre son materia prima de todos los días, encontramos que ante acontecimientos desestabilizadores existe gran variabilidad en las reacciones personales, porque hay individuos fuertes capaces de reforzar las cualidades que están presentes en ellos, aún sin saberlo, pero también personas que son más vulnerables.

La mayoría sucumbimos, pero cierto grupo logra sobreponerse a condiciones difíciles, sin sufrir secuelas graves, porque al construir fuerza vital positiva casi los hace invulnerables, ya que algunos privilegiados poseen ese oculto potencial humano activado que logra muy buenos resultados a pesar del alto riesgo, superando el miedo, sobreponiéndose a las dificultades y al mismo tiempo aprendiendo de los errores.

La fortaleza de convertir el trauma en una ocasión de crecimiento, corresponde al concepto oriental, de ver la crisis, al mismo tiempo, como dificultad y como oportunidad.

La resiliencia tiene dos elementos básicos: la resistencia al sufrimiento frente a la destrucción –proteger la integridad a pesar de la presión- y el impulso de reparación psíquica que nace de esa resistencia y permite la capacidad de construir su propia vida a pesar de las circunstancias difíciles, con factores protectores como el sentido del humor, la no violencia y el amor a la diferencia que permiten el crecimiento de la autoestima, con esperanzas realistas en las que sin negar los problemas se centra la atención en las fuerzas del potencial humano.

La resiliencia enfoca al individuo no como víctima pasiva de sus circunstancias, sino como sujeto activo de su experiencia, por esa razón, tres eventos me motivaron para escribir este blog dedicado a Paty: Su temprana orfandad, el despojo de su herencia y sus severas lesiones en ambas rodillas, sobre todo estas últimas.

Nació en San Luis Potosí, en el seno de una familia razonablemente acomodada, fue bautizada como Carmen, pero ella se auto nombró Paty, en forma tan efectiva que así la conocemos todos. Ha sobrevivido a lesiones mortales tal como una perforación de un divertículo y ahora sorprende su rápida y efectiva rehabilitación de ambas rodillas.

Cuando apenas era una adolescente, al terrible hecho de perder a su madre, en esta Ciudad de México, se agregó la gran responsabilidad, como hermana mayor, de vigilar que sus tres hermanos y por supuesto ella, llegaran a ser profesionistas, Paty es actualmente Licenciada en Administración de Empresas.

Nueve años después quedó totalmente en la orfandad, pues al morir su padre, le fue robada una cuantiosa herencia en San Juan de los Lagos, Jalisco, por parientes codiciosos, de mala entraña, que se amafiaron con autoridades judiciales venales y con argucias legales realizaron el pillaje.

Un día, al dejar el carro lo más cerca del cajero automático, un chacal, disfrazado de policía de tránsito, sin ninguna misericordia le quitó el carro y lo llevó al corralón, con la consiguiente molestia física y el daño económico inherente. El caso está en la Comisión de Derechos Humanos y se espera una recomendación favorable.

En su juventud fue una basquetbolista apasionada que quizá fue el origen de sus lesiones articulares, que se manifestaron con ligero dolor y edema, apenas hace tres años. El proceso se aceleró rápidamente, al grado de casi imposibilitarle la deambulación y obligarla a usar bastón.

El tratamiento propuesto por sus médicos, de tipo quirúrgico: implantación de sendas prótesis en ambas rodillas. Pero como sucede, alguien pensó: “porque hacer las cosas fáciles si podemos hacerlas difíciles” y le aplicaron una lista de espera de más de un año, lo que complicó no solo el cuadro clínico, sino el pronóstico.

Por los conductos rutinarios le operaron una rodilla, en tanto que la otra, que soportaba el peso y suplía la lesión de la lesionada se agravaba paulatinamente. Ella, con su personalidad resiliente hizo llegar al mismísimo Secretario de la Defensa, un oficio en términos tales, que con gran efectividad además de aparecer la prótesis idónea, la programaron inmediatamente.


Pero quedaba un gran reto, la rehabilitación, en un hospital lejano, muy lejano y con ausencia importante de ayuda para desplazarse, ya que en el Distrito Federal cada quien tiene su propia agenda.

Su situación recordaba el comercial de la televisión que dice “en el mundo hay millones de personas, pero si necesitamos a alguien, todos desaparecieron”. Sin apoyo posible, pero con voluntad férrea, ella misma manejaba, cruzaba la ciudad y obtuvo un resultado admirable, que sorprendió incluso a sus médicos tratantes, que la ponen como ejemplo.

Ya falta muy poco para que esta flamante abuela complete su rehabilitación integral, por lo pronto, como en la foto, siempre se acompaña de su inseparable hijo menor Juan Pablo, que es un experto en IPOD y está en contacto permanente con el sonido.


Pero lo mejor, ayer compartió con todos nosotros una gran alegría, que su hijo mayor, Mario Jaime Rivera, ganó el Premio Nacional de Dramaturgia 2007 con su obra Lilith, felicidades a ambos.


No hay comentarios: