viernes, 7 de diciembre de 2007

ALARID(os) XIIa) JUARISMO, PORFIRIATO, REVOLUCIÓN Y MAXIMATO
























Nuestro abuelo nace en 1863 en pleno Imperio de Maximiliano. En 1865 finaliza la guerra civil en los Estados Unidos por lo que el gobierno imperial experimentó la amenaza de una invasión estadounidense para reinstaurar a Juárez; un largo número de simpatizantes del Imperio abandonaron la causa y dejaron la capital.

El emperador Napoleón III bajo masiva presión doméstica se ve obligado a retirar sus tropas de México, abandonando a Maximiliano a su suerte; la emperatriz, Carlota en 1866 regresa a Europa por ayuda, entrevistándose infructuosamente con Napoleón III y el Papá Pío Nono.

Maximiliano, que peleó valientemente, dejó la ciudad del México el 13 de febrero de 1867, después de la negación de Juárez de una nueva oferta de paz, marchó a Querétaro, en donde fue ejecutado con sus generales Miramón y Mejía, regresando su cuerpo a Trieste, en el Novara, mismo barco que lo trajo.

Juárez retomó el poder, que lo conservó hasta su muerte el 18 de julio de 1872. Los últimos años de su gobierno fueron duramente criticados por las diversas facciones en que se habían dividido los liberales.

Para las elecciones de 1871, se presentaron como candidatos Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz y el mismo Juárez, quien ganó. A la muerte de Juárez, Lerdo de Tejada ocupa la presidencia y eleva a rango de ley constitucional las leyes radicales de reforma promulgadas durante el periodo de 1855-1856. Cuando Lerdo intentó reelegirse, los porfiristas se levantaron en armas y lo derrocaron. Aunque por ley la presidencia debía ser ocupada por José María Iglesias, los porfiristas desconocieron su gobierno y finalmente Díaz ocupó la presidencia en 1876. Así comenzó el período que en la historia de México es conocido como Porfiriato.

La dictadura de Díaz sólo fue interrumpida por los cuatro años de gobierno de Manuel González, compadre del dictador, y evidentemente sometido a su poder. En este período las Leyes de Reforma (en especial la Ley Lerdo) sirvieron de marco para favorecer la concentración de tierras en manos de unos pocos terratenientes. Los campesinos eran enganchados para trabajar en las haciendas, y algunos grupos indígenas que se mostraban particularmente rebeldes, como los yaquis y los mayas fueron desterrados de sus lugares de origen y obligados a trabajar hasta la muerte en lugares como Valle Nacional, el valle del río Yaqui o Yucatán.

El gobierno de Díaz favoreció la inversión extranjera. La cabeza de este plan de desarrollo económico fue José Yves Limantour, de ascendencia francesa y miembro del grupo de los Científicos. La mayor parte del capital invertido en México era francés, y en importancia seguían las inversiones inglesas, estadounidenses, alemanas y españolas. Minas, petróleo, ferrocarril, textiles, plantaciones de azúcar, todo ello estaba en manos de extranjeros. Aparentemente el país prosperaba, pero esto sólo ocurría a costa de la miseria de la mayor parte de la población. Por ello, cuando en la famosa entrevista Díaz-Creelman, el dictador señaló que México estaba listo para la democracia, algunos personajes le tomaron la palabra y se presentaron a las elecciones de 1910, que ganó Francisco I. Madero. Díaz desconoció el resultado de los comicios y así inició la Revolución Mexicana.

Madero llamó al levantamiento armado por medio del Plan de San Luis, Álvaro Obregón encabezó la revuelta en Sonora, Francisco Villa, en Chihuahua; Venustiano Carranza en Coahuila, y Emiliano Zapata en Morelos.

Díaz finalmente dimitió el 24 de mayo de 1911 y sale exiliado del país siete días más tarde, a bordo del vapor Ypiranga, con rumbo a Francia, donde murió y fue sepultado.

El Congreso nombró como interino al señor Francisco León de la Barra, que en noviembre de 1911 entrega la presidencia a Madero. En febrero de 1913, Victoriano Huerta dio un golpe de Estado contra Madero, a quien mandó asesinar junto con Pino Suárez en la "Decena Trágica", y gobernó como dictador hasta 1914, que toma el poder Venustiano Carranza, al cual se le oponen Zapata y Villa, quienes son asesinados en 1919 y 1923 respectivamente.

El año que nace Papá Mario, 1920, llega al poder Álvaro Obregón -quien según Janet, es el inventor de los bisquets-; sucedido en 1924 por Plutarco Elías Calles, que gobernó oficialmente hasta 1928, año en que nace Mamá Tete, estando en plena ebullición la Guerra Cristera que se extiende hasta 1929 y asesinan a Álvaro Obregón que buscaba la reelección, iniciándose el Maximato que se extendió hasta 1934.
Siguieron tres presidentes que gobernaron dos años cada uno, en un período, conocido como Maximato, que ejerce Plutarco Elías Calles sobre Emilio Portes Gil (1928-1930) y Pascual Ortíz Rubio que gobernaba en 1931, cuando un 1 de marzo, muere nuestro abuelo y pasa a manos francesas la Isla de la Pasión en el Pacífico Mexicano –que quizá merezca un blog específico-.

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