Mamá Tete completará los primeros días del 2008 ocho décadas, con ese motivo solicitó no un festejo tradicional, sino algo especial, aprovechar su magnífico estado de salud para visitar la capital mundial del juego y la diversión: La Ciudad de las Vegas, Nevada, Estados Unidos.
Pero no quiso esperar hasta entonces, con gran sabiduría, para evitar los gélidos rigores del clima invernal de enero, pidió y obtuvo en primer lugar, adelantar la fecha y la elegida fue precisamente la semana pasada, del 20 al 24 de septiembre.
En segundo lugar, sus anhelos fueron mas allá, no ser una turista más, ella deseo y expuso, no viajar solitaria, sino ir escoltada por sus numerosos hijos, cual gallina con sus pollitos, aspiración satisfecha en un 66%, pues fuimos cuatro de los seis.
Viajamos sin contratiempos, encontrando que funcionalmente, en Las Vegas, los 365 días del año son temporada alta, pues de todas las partes del orbe llegan los visitantes. No obstante que son multitudes, debemos aceptar, que gracias a la organización en ese destino vacacional, cada quien está en donde debe estar, por lo que uno nunca se siente ni amenazado ni invadido.
Aunque con Mamá Tete, Marcela, Memo y Rudy, mantuvimos siempre un clima de cordialidad, paciencia y condescendencia (lo que redituó en una gran alegría), todo hubiera sido perfecto con la presencia de Mario y Armando a quienes extrañamos.
Habría muchas anécdotas que contar, pero ningún relato sustituye a las imágenes, que sin ser exhaustivas, dan una idea muy aproximada de nuestro disfrute colectivo. Por eso, no más palabras y los invitamos a ver fotos y vídeos.
Digo que Mamá Tete estuvo feliz, no solo porque sus peticiones fueron positivamente atendidas, ni porque ella lo expresó en repetidas ocasiones, sino porque bastaba con ver sus expresiones de radiante contento, no por estar en ese punto geográfico, sino por estar tanto tiempo acompañada y consentida.
Felicidades Mamá, que vivas muchos años.
En segundo lugar, sus anhelos fueron mas allá, no ser una turista más, ella deseo y expuso, no viajar solitaria, sino ir escoltada por sus numerosos hijos, cual gallina con sus pollitos, aspiración satisfecha en un 66%, pues fuimos cuatro de los seis.
Viajamos sin contratiempos, encontrando que funcionalmente, en Las Vegas, los 365 días del año son temporada alta, pues de todas las partes del orbe llegan los visitantes. No obstante que son multitudes, debemos aceptar, que gracias a la organización en ese destino vacacional, cada quien está en donde debe estar, por lo que uno nunca se siente ni amenazado ni invadido.
Aunque con Mamá Tete, Marcela, Memo y Rudy, mantuvimos siempre un clima de cordialidad, paciencia y condescendencia (lo que redituó en una gran alegría), todo hubiera sido perfecto con la presencia de Mario y Armando a quienes extrañamos.
Habría muchas anécdotas que contar, pero ningún relato sustituye a las imágenes, que sin ser exhaustivas, dan una idea muy aproximada de nuestro disfrute colectivo. Por eso, no más palabras y los invitamos a ver fotos y vídeos.
Digo que Mamá Tete estuvo feliz, no solo porque sus peticiones fueron positivamente atendidas, ni porque ella lo expresó en repetidas ocasiones, sino porque bastaba con ver sus expresiones de radiante contento, no por estar en ese punto geográfico, sino por estar tanto tiempo acompañada y consentida.
Felicidades Mamá, que vivas muchos años.
1 comentario:
QUE BUENO QUE HAGAS TUS "RESUMENES" DE UNA FORMA TAN PUNTUAL Y CREATIVA, NO LOS DEJES DE HACER Y ASI NOS SEGUIRAS PERMITIENDO DELEITARNOS CON ELLOS
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