El Autor en San Salvador, en un acto oficial, en presencia del Viceministro de Salud, la Primera Dama de El Salvador y el Director del Seguro Social
Con El Salvador concluyo el ciclo “Informe de Misión”. Esta cuarta fase, como las otras tres tienen un común denominador: que mi traslado coincidió con la toma de posesión de los nuevos presidentes, con motivo de cambios de gobierno de tipo democrático: Venezuela-Carlos Andrés Pérez-1989-; Colombia-Ernesto Samper Pizano-1994-; Honduras-Carlos Flores Facusse-1998- y la República de El Salvador con el joven y dinámico Elías Antonio Saca González, que tomó posesión el 1 de junio de 2004. Tony Saca-como lo llaman coloquialmente-las ocasiones que tuve oportunidad de socializar con él me causó muy buena impresión, pues además de amable y simpático demostraba un interés genuino por su país; por otra parte era muy significativo el hecho que nació en el Barrio del Calvario de la Ciudad de Usulután, exactamente igual que mi suegro y que tuviera ascendientes católicos palestinos, muy semejante a los de mi esposa que fueron católicos libaneses.
En la recta final de mi vida institucional como Consultor Internacional, fui trasladado a la República de El Salvador, país localizado en América Central, con una superficie territorial de 21 041 Km2-el país más pequeño de Centroamérica-y una población estimada de cinco millones y medio en ese momento, lo que lo convertía en el más densamente poblado de América Latina-273 hab. /Km2-. El Salvador, dividido en 14 departamentos, 39 Distritos y 262 municipios, es conocido por una carencia, único en la subregión sin costa sobre el Mar Caribe; un exceso, contar en tan corto espacio con doce volcanes, seis de ellos activos y una tradición culinaria característica, las pupusas-del pipil pupusawa-que son tortillas de maíz o arroz gruesas, hechas a mano, rellenas de queso, chicharrón, ayote, frijoles, chipilín, espinaca, pollo, carne, hongos, pescado y/o loroco, acompañadas de salsa de jitomate, curtido-repollo en vinagre con zanahoria y cebolla-y chile.
Efectivamente, fue un breve pero intenso período que inició en mayo de 2004-con sede en San Salvador, la ciudad capital del país-y concluyó-con ese organismo-en diciembre de 2005, mes en que cumplí 60 años de edad. Además fui designado por la directora como integrante de la Comisión de Renovación de la Atención Primaria como una estrategia de mejoría de la asistencia sanitaria esencial, lo que me llevó a dos reuniones de trabajo externas, en San José de Costa Rica y Washington, además de desarrollar un proceso de consulta interno en El Salvador que evidenció a este país como un actor protagónico en el aggiorgiamiento del concepto útil y vigente de la declaración de Alma Ata, que culminó con la elaboración del documento “Renovando la Atención Primaria en Salud”.
Como Consultor de Servicios de Salud conduje un segundo ejercicio de evaluación de las Funciones Esenciales de la Salud Pública en el país-que confirmó lo que ya se había evidenciado en el primero-respecto a debilidades en “Acceso a servicios de salud, Calidad, Participación Ciudadana y Promoción de la Salud”, por lo que se completó un estudio de la Exclusión Social en El Salvador; se elaboró y publicó un Manual de Atención Pre-hospitalaria y se conformó una comisión sobre calidad en la representación, responsable de incidir en las vertientes técnico-científica y de relaciones interpersonales de la calidad de los servicios de salud que propuso un instrumento de monitoreo de los indicadores de la calidad, con énfasis en la regulación-Estado como garante Social-y en la identificación de eventos adversos en los servicios de salud.
Como Consultor tuve participación en esfuerzos interagenciales como la línea basal de la mortalidad materna-cada cinco minutos hay un parto en ELS y cada tres días muere una salvadoreña por complicaciones en el embarazo y parto como hemorragia, hipertensión e infecciones-y el Observatorio del desarrollo de los Recursos Humanos, creado desde diez años antes, en donde participan las instituciones formadoras y empleadoras de los recursos humanos para la salud. Otra experiencia interesante fue apoyar la pasantía en Salud Pública de elementos distinguidos de los servicios de atención a la salud.
En ese contexto me retiré de la prestigiada organización, atreviéndome a sugerir que un reto de la Cooperación Técnica es el de concentrarse en pocas cosas, pero hacerlas con excelencia; la enseñanza horizontal de los Consultores de Servicios de Salud-como una especie de benchmarking-para aprovechar las ventajas relativas derivadas de las experiencias exitosas de los Consultores de los países de la subregión centroamericana; desarrollar procesos institucionales de capacitación en servicio y no dejar la mejoría de los procesos tan solo al esfuerzo individual; revisar los procesos administrativos-cada vez más rígidos-para que respondan a su verdadera esencia: servir de apoyo logístico de la cooperación técnica; evitar las oportunidades perdidas al secundar temas de bancos y agencias, que van en contravía con las ideas fuerzas que han dado prestigio y consistencia a la institución y valorar los instrumentos cuestionables de programación lineal.
De los salvadoreños me llamó mucho la atención lo emprendedores que son y el celo con el que cuidan su empleo. Lo que más me impresionó de la Representación en ELS fue el sistema administrativo que funciona como una maquinaria de reloj y la excelencia de las sesiones técnicas-por la fortaleza profesional de los consultores y su capacidad de argumentación-.
Ratifico mi orgullo de pertenencia a tan noble institución-basada en valores superiores-en donde conocí-en mis cuatro adscripciones-personas maravillosas, ejemplares en su conducta y admirables por su experiencia y sabiduría. Fue una gran oportunidad y me quedé con el mejor recuerdo.
Tuve una segunda oportunidad de vivir en El Salvador en el 2006, cuando fui contratado por seis meses, por una ONG-organismo no gubernamental-que representaba los intereses del país más poderoso del mundo; ésta ocasión focalizando mi esfuerzo en la propuesta de un Modelo de Atención Familiar, solicitado por el Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social.
En la elaboración del Modelo tuve muy en cuenta las condiciones políticas, económicas, culturales, epidemiológicas, demográficas e históricas del país; dando precedencia a promoción de la salud-como paradigma de la salud pública- y operativamente al impulso de estilos de vida saludable, incluyendo el autocuidado durante toda la línea de vida-etapas desde que se nace hasta que se muere-, pero también desde el ciclo de vida familiar-desde la formación hasta la extinción del grupo familiar-; privilegiando entornos saludables y el enfoque de riesgo.
En la recta final de mi vida institucional como Consultor Internacional, fui trasladado a la República de El Salvador, país localizado en América Central, con una superficie territorial de 21 041 Km2-el país más pequeño de Centroamérica-y una población estimada de cinco millones y medio en ese momento, lo que lo convertía en el más densamente poblado de América Latina-273 hab. /Km2-. El Salvador, dividido en 14 departamentos, 39 Distritos y 262 municipios, es conocido por una carencia, único en la subregión sin costa sobre el Mar Caribe; un exceso, contar en tan corto espacio con doce volcanes, seis de ellos activos y una tradición culinaria característica, las pupusas-del pipil pupusawa-que son tortillas de maíz o arroz gruesas, hechas a mano, rellenas de queso, chicharrón, ayote, frijoles, chipilín, espinaca, pollo, carne, hongos, pescado y/o loroco, acompañadas de salsa de jitomate, curtido-repollo en vinagre con zanahoria y cebolla-y chile.
Efectivamente, fue un breve pero intenso período que inició en mayo de 2004-con sede en San Salvador, la ciudad capital del país-y concluyó-con ese organismo-en diciembre de 2005, mes en que cumplí 60 años de edad. Además fui designado por la directora como integrante de la Comisión de Renovación de la Atención Primaria como una estrategia de mejoría de la asistencia sanitaria esencial, lo que me llevó a dos reuniones de trabajo externas, en San José de Costa Rica y Washington, además de desarrollar un proceso de consulta interno en El Salvador que evidenció a este país como un actor protagónico en el aggiorgiamiento del concepto útil y vigente de la declaración de Alma Ata, que culminó con la elaboración del documento “Renovando la Atención Primaria en Salud”.
Como Consultor de Servicios de Salud conduje un segundo ejercicio de evaluación de las Funciones Esenciales de la Salud Pública en el país-que confirmó lo que ya se había evidenciado en el primero-respecto a debilidades en “Acceso a servicios de salud, Calidad, Participación Ciudadana y Promoción de la Salud”, por lo que se completó un estudio de la Exclusión Social en El Salvador; se elaboró y publicó un Manual de Atención Pre-hospitalaria y se conformó una comisión sobre calidad en la representación, responsable de incidir en las vertientes técnico-científica y de relaciones interpersonales de la calidad de los servicios de salud que propuso un instrumento de monitoreo de los indicadores de la calidad, con énfasis en la regulación-Estado como garante Social-y en la identificación de eventos adversos en los servicios de salud.
Como Consultor tuve participación en esfuerzos interagenciales como la línea basal de la mortalidad materna-cada cinco minutos hay un parto en ELS y cada tres días muere una salvadoreña por complicaciones en el embarazo y parto como hemorragia, hipertensión e infecciones-y el Observatorio del desarrollo de los Recursos Humanos, creado desde diez años antes, en donde participan las instituciones formadoras y empleadoras de los recursos humanos para la salud. Otra experiencia interesante fue apoyar la pasantía en Salud Pública de elementos distinguidos de los servicios de atención a la salud.
En ese contexto me retiré de la prestigiada organización, atreviéndome a sugerir que un reto de la Cooperación Técnica es el de concentrarse en pocas cosas, pero hacerlas con excelencia; la enseñanza horizontal de los Consultores de Servicios de Salud-como una especie de benchmarking-para aprovechar las ventajas relativas derivadas de las experiencias exitosas de los Consultores de los países de la subregión centroamericana; desarrollar procesos institucionales de capacitación en servicio y no dejar la mejoría de los procesos tan solo al esfuerzo individual; revisar los procesos administrativos-cada vez más rígidos-para que respondan a su verdadera esencia: servir de apoyo logístico de la cooperación técnica; evitar las oportunidades perdidas al secundar temas de bancos y agencias, que van en contravía con las ideas fuerzas que han dado prestigio y consistencia a la institución y valorar los instrumentos cuestionables de programación lineal.
De los salvadoreños me llamó mucho la atención lo emprendedores que son y el celo con el que cuidan su empleo. Lo que más me impresionó de la Representación en ELS fue el sistema administrativo que funciona como una maquinaria de reloj y la excelencia de las sesiones técnicas-por la fortaleza profesional de los consultores y su capacidad de argumentación-.
Ratifico mi orgullo de pertenencia a tan noble institución-basada en valores superiores-en donde conocí-en mis cuatro adscripciones-personas maravillosas, ejemplares en su conducta y admirables por su experiencia y sabiduría. Fue una gran oportunidad y me quedé con el mejor recuerdo.
Tuve una segunda oportunidad de vivir en El Salvador en el 2006, cuando fui contratado por seis meses, por una ONG-organismo no gubernamental-que representaba los intereses del país más poderoso del mundo; ésta ocasión focalizando mi esfuerzo en la propuesta de un Modelo de Atención Familiar, solicitado por el Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social.
En la elaboración del Modelo tuve muy en cuenta las condiciones políticas, económicas, culturales, epidemiológicas, demográficas e históricas del país; dando precedencia a promoción de la salud-como paradigma de la salud pública- y operativamente al impulso de estilos de vida saludable, incluyendo el autocuidado durante toda la línea de vida-etapas desde que se nace hasta que se muere-, pero también desde el ciclo de vida familiar-desde la formación hasta la extinción del grupo familiar-; privilegiando entornos saludables y el enfoque de riesgo.
El Modelo ordenaba conceptos, metodologías, instrumentos y prácticas; a la vez que orientaba los recursos humanos y técnicos, para lograr la salud familiar; rescataba las fortalezas del país-mística de servicio, buen nivel de capacitación, tradición de trabajo comunitario, disponibilidad de enfermeras y promotores-; racionalizaba los recursos existentes-conservando lo útil y lo vigente-; e incorporaba rediseños y algunas innovaciones. Las prestaciones de salud propuesta eran una combinación de intervenciones de promoción de la salud, prevención de enfermedades, atención clínica y rehabilitación.
El modelo-centrado en la familia-tenía por objetivo garantizar el acceso y la equidad, en la oferta de servicios de salud, fundamentados en la estrategia de atención primaria, fortaleciendo la promoción y prevención de riesgos y daños a la salud, estableciendo una gestión integral en la red de servicios, desarrollando corresponsabilidad en el seno familiar; determinando áreas geográficas de responsabilidad poblacional a fin de incrementar la cobertura, crear una red de servicios articulada que fortaleciera un proceso de referencia y contrarreferencia.
La estructura del equipo nuclear de primer nivel lo constituía la conjunción de personas y la familia en el hogar; los agentes de salud-parteras, promotores, voluntarios y líderes-; los equipos institucionales-médico, auxiliar, enfermera, inspector de saneamiento y promotor de la salud-; además un área geográfica y una población claramente delimitada de manera que se garantizara el acceso, la oportunidad, la equidad, la calidad y la calidez de los servicios de salud. Se incluyeron organigramas y profesiogramas; se propuso la delimitación de espacios de responsabilidad-áreas, sectores, circunscripciones-;indicadores de infraestructura física-mobiliario, equipo e instrumental-; mecanismos, criterios e instrumentos de adscripción de usuarios; herramientas para el estudio familiar-carpeta, familiogramas, visitas-; y todos los insumos para la programación local participativa-estudio de comunidad, análisis estratégico, identificación y jerarquización de problemas, plan de acciones integradas, supervisión capacitante y monitoreo, evaluación por resultados, referencia-.
La decisión quedó en manos de la burocracia, si tuviera que hacer el modelo de nuevo, lo haría exactamente igual. Recuerdo un aforismo: Los políticos se alejan de la planificación, a lo que responden: los técnicos se alejan de la realidad. Ustedes juzguen.
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