viernes, 22 de junio de 2007

ALARID(os) II EL CONTEXTO a) Nuevo México, cuna de los Alarid




La conquista de Tenochtitlán, por el ejército invasor de Hernán Cortés, se consuma en agosto de 1521, con la captura de Cuauhtémoc. Muy pronto, entre los habitantes de Nueva España, se extiende el rumor, que Cíbola, ciudad mítica llena de riquezas, estaba en algún lugar del norte de la Nueva España, creencia que se aviva cuando en 1536, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, náufrago de la expedición de Pánfilo de Narváez, descubre un extenso territorio septentrional, reanimando la leyenda, de Cíbola, Quivira y las siete magníficas ciudades construidas en oro.
Ante esa promisoria noticia, en 1539, Fray Marcos de Niza realiza la primera expedición a lo que hoy es Nuevo México y cuando regresa a México, asegura, que los nativos de allí usaban vajillas de plata y oro, decoraban sus casas con turquesas, usaban perlas gigantescas, esmeraldas y otras joyas más. Eso fue motivo más que suficiente, para que el primer Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, enviara, infructuosamente a tomar posesión de esa fortuna, en 1540, a Francisco Vázquez de Coronado, quien regresó en 1542, después de la frustración de solo encontrar hostilidad y muy limitados recursos económicos.

La primera expedición española con éxito llegó a Nuevo México en 1598, al mando de Juan de Oñate, quien la instituye como Provincia de la Nueva España. Tuvo como capital, desde su fundación en 1610, por el tercer gobernador Pedro de Peralta, la población que recibió el nombre de La Villa Real de la Santa Fe de San Francisco de Asís. Este hecho se llevó a cabo diez años antes de que los primeros colonos ingleses llegaran a las costas de Nueva Inglaterra a bordo del Mayflower.
En 1680, cuando ya había 2,500 colonos de origen español, los indios pueblo se sublevaron, encabezados por el líder religioso Popé, destruyendo construcciones, matando 400 españoles y 21 misioneros, obligando a los colonos a huir a El Paso, abandonando la ciudad por doce años, reanudando la colonización hasta 1692.
En el siglo XVIII Nuevo México contaba con 34 mil habitantes, de los cuales 20 mil eran españoles y 14 mil eran indígenas. Es en este contexto, que en el seno de una familia española, nace en 1717, en la población de Santa Fe, María Francesca Fernández de La Pedrera Peláez, nieta de Santiago Fernández de la Pedrera (Madrid, España 1640), e hija de Juan Fernández de la Pedrera López de Rios (1669 Mondenero, Galicia, España, 1745 Albuquerque, NM), la cual a temprana edad contrajo nupcias con un capitán, conquistador español, quien a la edad de veintidós años ya era viuda sin hijos, en medio de la desolación de estas desérticas tierras, en donde murió en 1757, no sin antes, contribuir importantemente en la génesis de la familia Alarid.

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