domingo, 27 de mayo de 2007

ANTAÑO HOGAÑO (2) Petición de una querida amiga


Por mail, desde Panamá, la Dra. Maritza Romero Portuondo, de nacionalidad dominicana, nos solicita, para obsequiar un requirimiento de una amiga, el pensamiento Mis manos, que surgió inspirado por el contraste de las juveniles manos de mi maestra de computación y la ausencia de las mismas de un manco bilateral que solicitaba limosna a la entrada de un supermercado en San Benito, San Salvador.
Este pensamiento lo escribí en 2005, año en que coincidimos por cuestiones laborales en la OPS en la República de El Salvador.

Cariñosamente Rosa María Villaseñor Kuri


MIS MANOS
Rosa María Villaseñor Kuri


No se porqué, mis ojos ven
con tan profundo desdén, a mis manos,
será quizá por las huellas que el tiempo ha dejado,
ya se adivinan en ellas los años.

Mapas perfectos de hidrografía
donde se divisan como fluyen,
torrenciales venas azules
cual caudalosos ríos de estrías,
no hay manos más antiestéticas
que las manos mías.

Satélites naturales de mi cuerpo
llenos de surcos y manchas lunares
si que son desagradables, pero
en el peor de los cantares y a pesar de los pesares
que no hiciera el manco por tener solo una de ellas
pues para el, son tan bellas

No así para mis torpes ojos
que con miradas ligeras y superficiales
las critican y desprecian, solo por ser otoñales


Aún así, yo les profeso gratitud constante
me han servido fielmente toda la vida
y las he utilizado bastante

Puertos paralelos de salida de mis emociones
con ellas expreso mis alegrías,
expreso también mis aflicciones
y cadenciosas, delicadas se mueven cuando bailo y
canto mis canciones

Mis manos están llenas de nobleza
han realizado sus labores esforzándose
por hacerlo con la mayor destreza

No hay manos más nobles que las manos mías
lo mismo lavan un plato que escriben una poesía
y se agitan con firmeza para decir adiós
a sus seres queridos, llenas de melancolía

Como no valorarlas si a través de sus terminaciones
nerviosas, que jamás han permanecido ociosas
han percibido la textura y han podido
acariciar a los seres amados con la mayor ternura
!Esas son mis manos!
las que oran, las que arrullan,
las que laboran,
las que acicalan;
las que con un fuerte apretón,
estrechan a sus hermanos,
con todo el corazón.
Mis ojos se tornan injustos y hasta ingratos.
o acaso es que todavía no han contemplado,
que cuando su brillar se haya opacado,
serán éstas feas manos, aunque a pesar de haberlas despreciado,
los anteojos en su sitio habrán colocado.
No hay manos mas nobles que las manos mías:
Las manos éticas y antiestéticas de Rosa María.
Foto de la autora tomada en San Salvador en 2005

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