Para Janet el triunfo es un hecho cotidiano, todos los días habría algún evento sobresaliente que merecería no un post, sino todo un blog exclusivo.
Generalmente nos enteramos de hechos, que en otras personas serían excepcionales, pero por lo frecuente, para nosotros nos parecen casi algo normal y natural.
Pero hay de éxitos a éxitos, de triunfos a triunfos y de eventos a eventos, que abonen tanto a la autoestima personal, definan el camino de los grandes logros y confirmen un prestigio intelectual, moral, académico y familiar, como el que ella obtuvo es este mes de octubre de 2015, en ser primero nominada y después nombrada Embajadora del Tecnológico de Monterrey.
Ella ganó entre compañeros (as) de alto standing, de grandes cualidades y de gran desempeño.
Sólo con haber sido nominada entre una élite de alumnos nosotros la consideramos ganadora, haber llegado a finalista nos enorgullece pues es un acto de justicia a todo el empeño y dedicación que aplica a todas sus actividades, de cualquier ámbito y muy especialmente las del campo estudiantil.
Con motivo de sus primeros siete años de vida, en 2007 Papábeto escribió un post:
Felicidades Janet por ser tan buena hermana, tan buena hija, tan buena nieta y tan buena prima.
Todos tus familiares te queremos mucho y no nos cansamos de felicitarte siempre.
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