El Informe del Instituto de Medicina de los Estados Unidos (IOM report) marca un hito en el enfoque sobre la calidad de los servicios de salud, transitando de las campañas de sonrisas, las limpiezas exhaustivas y los comités de mejoramiento, a la certeza que la seguridad es un principio fundamental en el cuidado del paciente y componente crítico de la calidad.
El reporte señala, que no obstante que el sistema de salud generalmente tiene buenos resultados, se estima comete, sólo en la Union Americana, 850 000 errores en el tratamiento médico o quirúrgico de los pacientes, por lo que en promedio, uno de cada diez ingresados sufre de alguna forma de daño evitable, que puede provocar discapacidades graves o incluso la muerte, un evento adverso cada 27 a 34 ingresos hospitalarios y una muerte por cada 343 a 764 ingresos, sumando de 44000 a 98000 defunciones, lo que equivale a que se estrellen tres jumbo jets, cada dos días y mueran todos sus ocupantes, contrastando estos indicadores con los de la aviación, en la que hay una muerte por cada ocho millones de vuelos.
En Estados Unidos, basados en el estudio de Harvard de 1991, se calcula una tasa de 3.7% de eventos adversos, un tercio por negligencia. El CDC de Atlanta reporta casi dos millones de infecciones nosocomiales. Según un estudio hecho por la Robert Wood Johnson Foundation, el 95% de los médicos y el 89% de las enfermeras de los Estados Unidos han presenciado un error médico grave. Un estudio elaborado en UTAH y Colorado, demostró que el 75% de los casos producidos por el uso de medicamentos contraindicados podía atribuirse a fallos del sistema y que la mayoría de los casos adversos no eran resultado de negligencia o falta de formación, sino que ocurrían por causas latentes en los sistemas.El costo nacional anual de los actos de atención de salud perjudiciales evitables, incluidas las pérdidas de ingresos, las discapacidades y los gastos médicos, es de entre 17000 y 29000 millones de dólares. 55% de los pacientes encuestados en la Union Americana manifestaron no estar satisfechos con la calidad de la atención en el país, comparativamente con 44%, de cinco años atrás.
En Estados Unidos, basados en el estudio de Harvard de 1991, se calcula una tasa de 3.7% de eventos adversos, un tercio por negligencia. El CDC de Atlanta reporta casi dos millones de infecciones nosocomiales. Según un estudio hecho por la Robert Wood Johnson Foundation, el 95% de los médicos y el 89% de las enfermeras de los Estados Unidos han presenciado un error médico grave. Un estudio elaborado en UTAH y Colorado, demostró que el 75% de los casos producidos por el uso de medicamentos contraindicados podía atribuirse a fallos del sistema y que la mayoría de los casos adversos no eran resultado de negligencia o falta de formación, sino que ocurrían por causas latentes en los sistemas.El costo nacional anual de los actos de atención de salud perjudiciales evitables, incluidas las pérdidas de ingresos, las discapacidades y los gastos médicos, es de entre 17000 y 29000 millones de dólares. 55% de los pacientes encuestados en la Union Americana manifestaron no estar satisfechos con la calidad de la atención en el país, comparativamente con 44%, de cinco años atrás.
Los datos y cifras sobre la seguridad de los pacientes en los países desarrollados no son mejores, según estimaciones hechas en el año 2000 por el Grupo de Trabajo Europeo sobre los Cuidados de Calidad en los Hospitales, uno de cada diez pacientes hospitalarios en Europa sufre enfermedades evitables y efectos adversos relacionados con los cuidados que recibe. Canadá y Nuevo Zelanda tienen cifras similares. El costo por el daño evitable, que produce discapacidades y muerte, puede tener una repercusión económica de 29000 millones de Euros, por estancias prolongadas, demandas judiciales y gastos médicos. Gran Bretaña gasta 400 millones en litigación y un total de 2000 millones de Euros.En el Estudio sobre la calidad de la atención de salud en Australia, hecho en 1995, se constató que había un índice de eventos adversos del 16,6% entre los pacientes de los hospitales. En Italia, los cuidados de baja calidad son la causa de más del 30% de muertes evitables.
En los países en desarrollo, la situación, aunque no cuantificada y con datos escasos, es peor y se considera mas grave, porque la probabilidad de un evento adverso es mucho mayor, por ejemplo es difícil instalar infraestructura para la protección de radiaciones, hay descontrol de productos y falsificación de fármacos, precaria formación de profesionales, servicios de mala calidad y al menos un 50% de los equipos y dispositivos médicos no son fiables y solo pueden utilizarse parcialmente en un momento determinado.
Una encuesta realizada por la Organización Panamericana de la Salud reveló que ningún país de América Latina tenía un Sistema Nacional de Notificación de Eventos Adversos, tampoco marco legal ad hoc y las unidades médicas carecen de instrumentos de registro de errores, de tal formas que sus sistemas de reportes son parciales y solo en algunos países se vislumbran planes para incorporar el tema.
Las fallas en errores de ejecución o de planeación son de tal magnitud, que se concluye con la idea, que los prestadores de servicios médicos somos más letales que los accidentes automovilísticos, el cáncer de mama y el SIDA. Las cifras reportadas han sido fuertemente cuestionadas porque no ponderan la ocurrencia de la muerte, aún sin que no hubieran ocurrido eventos adversos. JAMA (The Journal of de American Medical Association) desmiente las muertes producidas por errores médicos, ya que los pacientes admitidos en el hospital, tienen ya, un alto riesgo de fallecer, pero está de acuerdo en que hay que indagar las causas y desarrollar mecanismos para reducirlos.
En opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de efectos adversos pone en peligro la calidad de la atención, son causa importante y evitable de sufrimiento humano y crean un elevado tributo de pérdidas financieras y costos de oportunidad para los servicios de salud, por lo que evitar efectos adversos mejora notablemente el desempeño del sistema de salud, la seguridad del paciente y la calidad de la atención.
Aunque algunos médicos se oponen fuertemente a la publicación de los errores médicos, el 71% del público cree que la divulgación de los errores por agencias gubernamentales lograría una reducción efectiva de los mismos.
No obstante que no existe paradoja más singular que los médicos produciendo daños o provocando muertes y que la medicina es la ciencia de la elección del mal menor, no se puede confundir error médico, con mal resultado. La medicina es una ciencia de medios y no de resultados.
Debemos recordar que errar es humano, ocultar los errores es imperdonable, pero no aprender de ellos es criminal.
Una encuesta realizada por la Organización Panamericana de la Salud reveló que ningún país de América Latina tenía un Sistema Nacional de Notificación de Eventos Adversos, tampoco marco legal ad hoc y las unidades médicas carecen de instrumentos de registro de errores, de tal formas que sus sistemas de reportes son parciales y solo en algunos países se vislumbran planes para incorporar el tema.
Las fallas en errores de ejecución o de planeación son de tal magnitud, que se concluye con la idea, que los prestadores de servicios médicos somos más letales que los accidentes automovilísticos, el cáncer de mama y el SIDA. Las cifras reportadas han sido fuertemente cuestionadas porque no ponderan la ocurrencia de la muerte, aún sin que no hubieran ocurrido eventos adversos. JAMA (The Journal of de American Medical Association) desmiente las muertes producidas por errores médicos, ya que los pacientes admitidos en el hospital, tienen ya, un alto riesgo de fallecer, pero está de acuerdo en que hay que indagar las causas y desarrollar mecanismos para reducirlos.
En opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de efectos adversos pone en peligro la calidad de la atención, son causa importante y evitable de sufrimiento humano y crean un elevado tributo de pérdidas financieras y costos de oportunidad para los servicios de salud, por lo que evitar efectos adversos mejora notablemente el desempeño del sistema de salud, la seguridad del paciente y la calidad de la atención.
Aunque algunos médicos se oponen fuertemente a la publicación de los errores médicos, el 71% del público cree que la divulgación de los errores por agencias gubernamentales lograría una reducción efectiva de los mismos.
No obstante que no existe paradoja más singular que los médicos produciendo daños o provocando muertes y que la medicina es la ciencia de la elección del mal menor, no se puede confundir error médico, con mal resultado. La medicina es una ciencia de medios y no de resultados.
Debemos recordar que errar es humano, ocultar los errores es imperdonable, pero no aprender de ellos es criminal.
1 comentario:
Hace poco estuve en un hospital del seguro social en Ciudad Bolívar en Venezuela y es deprimente las condiciones a la cual están expuestos los pacientes y sus familiares. Los servicios básicos prácticamente colapsaron, es decir, carece de suministro de agua (potable o no potable)en baños en todo el reciento, la infraestructura aun es del siglo pasado y no se vislumbra nuevas edificaciones para modernizar las ya existente, sin que haya ningún pronunciamiento de las autoridades y ni esperanza que la situación mejore.Como puede apreciarse la ocurrencia de eventos adversos hospitalarios no sólo están generados por la mala atención médica sino tambien por las condiciones inherentes a las instituciones los cuales podrían ser evitadas con una buena administración y suministros de recursos a la salud de los venezolanos. El gobierno ha hecho algunas acciones con respecto a ésto sin embargo, después de diez años de gobierno es impersectible el cambio que pretende exponer a la actual situación. Mientras tanto la población sigue esperando el gran cambio de la revolución del siglo XXI.
Ciserón Pérez.
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