domingo, 13 de septiembre de 2015

TRAZOS AUTOBIOGRÁFICOS 05 1948




La casa de mi Papá Ricardo se convirtió muy pronto  en el centro neurálgico de la familia y lugar inéquivoco de reuniones de toda la parentela.
La parte construida era de dos cuerpos independientes; La utilitaria con cocina, antecomedor, comedor y recámaras, de uso cotidiano y abierta al libre tránsito de los nietos y la parte restringida, a la que solo se accedía con pasaporte y cita previa, que tenía la sala con sus hermosas cortinas de Damasco e imponentes estatuas de bronce y se completaba con la biblioteca, que era nuestro "google", pues era extensa y bien provista de enciclopedias, ya que mi Papá Ricardo, mi abuelo paterno, era un gran autodidacta aficionado a la buena lectura.

Con mis primos hermanos, Rosi, Lulú y Ricardo.
Con Mamá Tete
Con Mi Papá y con mi Tío Armando

Respecto a los jardines, eran dos, uno con meticuloso cuidado en el que destacaban sus corredores y los prados embellecidos con violetas-con las que Mamá Tete adornaba sus flanes- y el "corral" con grandes eucaliptos paralelos de los que pendía un columpio, un trueno que hacía las veces de casa del árbol, así como abundantes frutales, destacando cinco imponentes nísperos, higueras y hasta membrillos. Ahí jugaba, especialmente con mis dos primas hermanas Rosi y Lulú.
En ese lugar, a solo dos cuadras de mi casa, comíamos y socializábamos en la construcción del Clan Jaime, pues mi abuelo de verdad ejercía de Patriarca-


Con mis queridos padres, Mario y Ester

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