Genial fue sin duda la idea primigenia de algunos dirigentes de la Asociación de Personal de Colombia (APECOL) de despedir a los que se van con una balsa Muisca, pero muy meritorio también la persistencia de los que continuaron esta noble tradición, otorgando esta bella muestra de la cultura precolombina.
Ofrecemos no la artesanía, entregamos un símbolo de transición:
Es un adiós, pero también un hasta luego;
es un te vas físicamente, pero te quedas en el recuerdo;
es un nos dejas, pero nos llevas en tu pensamiento:
es terminar un ciclo, iniciando uno nuevo;
es un inicio, que a la vez es una continuación;
es un extrañas, pero te extrañan;
es un olvidas, pero recuerdas;
es un sentimiento de atenuación, que se acompaña de acentuación;
es un valoras lo que subestimabas y justiprecias lo que sobrevalorabas;
es un cambio y es persistencia;
es un aporto, pero recibo;
es un enriquezco mi espíritu a la vez que transmito mi presencia;
es un perdonar supuestas ofensas y un comprender lo hasta ahora incomprendido;
es un dudar de lo que creía y empezar a creer en lo que dudaba;
es reflexiono y reconsidero, sufro pero gozo;
enseño y aprendo;
continuo lo iniciado;
es nostalgia y esperanza;
morir y renacer;
trascender y revisar;
valorar y revalorar.
Todas estas dualidades de la transición y el cambio son posibles desde la perspectiva de la distancia.
Cuando en un futuro, en una vitrina o un estante veamos la balsa, o cuando respondamos a la pregunta de un curioso, familiar o amigo, digamos sin titubear:
¡Si yo estuve en Colombia !
Ofrecemos no la artesanía, entregamos un símbolo de transición:
Es un adiós, pero también un hasta luego;
es un te vas físicamente, pero te quedas en el recuerdo;
es un nos dejas, pero nos llevas en tu pensamiento:
es terminar un ciclo, iniciando uno nuevo;
es un inicio, que a la vez es una continuación;
es un extrañas, pero te extrañan;
es un olvidas, pero recuerdas;
es un sentimiento de atenuación, que se acompaña de acentuación;
es un valoras lo que subestimabas y justiprecias lo que sobrevalorabas;
es un cambio y es persistencia;
es un aporto, pero recibo;
es un enriquezco mi espíritu a la vez que transmito mi presencia;
es un perdonar supuestas ofensas y un comprender lo hasta ahora incomprendido;
es un dudar de lo que creía y empezar a creer en lo que dudaba;
es reflexiono y reconsidero, sufro pero gozo;
enseño y aprendo;
continuo lo iniciado;
es nostalgia y esperanza;
morir y renacer;
trascender y revisar;
valorar y revalorar.
Todas estas dualidades de la transición y el cambio son posibles desde la perspectiva de la distancia.
Cuando en un futuro, en una vitrina o un estante veamos la balsa, o cuando respondamos a la pregunta de un curioso, familiar o amigo, digamos sin titubear:
¡Si yo estuve en Colombia !
Y aún soy parte de su gloria inmarcesible.
Dr. Humberto Jaime Alarid
Presidente de la APECOL
1995-1997
Dr. Humberto Jaime Alarid
Presidente de la APECOL
1995-1997
1 comentario:
COLJUGOS de Colombia agradece los recuerdos perennes de nuestra diversidad cultural y variedad de frutas que muchas veces degustaron en APECOL
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