sábado, 23 de abril de 2016

TRAZOS AUTOBIOGRÁFICOS 15 1958


Con doce años de edad ingreso a la Secundaria No. 13 (nidal de aguiluchos) en donde estuve el período 58-60, para acceder a ella tenía necesidad de abordar un transporte público durante aproximadamente media hora. Nuestro uniforme era de cosncripto, incluyendo gorra cuartelera.

Recibo una amable invitación de mi tío Rubén, quien me lleva en un plácido y confortable viaje en Pullman a la ciudad de Guadalajara, me encanta la perla de occidente y el sabor de los dulces de arrayán.



De verdad gozamos nuestra casa, no necesitábamos salir para jugar de todo. Cada elemento de ala cosntrucción lo incorporánbamos para improvisar alguna competencia.

Después de una larga espera nos cambiamos a la casa de Hiudalgo 199, terreno de más de 2000 metros cuadrados, con un gran jardín, pero de construcción no terminada.


Como no teníamos zaguán, un buen día entró a la casa un perro lanudo, al que pusimos "solovino" y algunas veces "firulais", disfrutaba mucho que lo bañáramos y no necesito ni cuidados ni comida especial, comía lo que se le daba. Un tiempo alternó con el perro viralato que desde el callejón entraba por la reja, de nombre singular: "el nada"

En la Colonia Country Club, en una visita a la pagoda, comiendo una rica tortilla con queso, tengo oportunidad de ver al presidente de México de ese momento, Licenciado Adolfo López Mateos.

Termina mi infancia con inmensa felicidad, mis necesidades básicas satisfechas y nunca tengo envidia de lo quen pudieran tener otros.

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